Taslima Nasrin se entrega a la justicia
La escritora fue puesta en libertad sin fianza y ser¨¢ protegida por el Estado
Taslima Nasrin puso fin ayer a dos meses de clandestinidad. La escritora banglades¨ª, que se encontraba en paradero desconocido tras las amenazas de muerte de integristas musulmanes, se present¨® ayer a la justicia en Dhaka, un d¨ªa antes de que finalizara el plazo dado por los jueces para que se entregara. Una multitud esperaba a Nasrin, que apareci¨® flanqueada por sus abogados, entre ellos el ex ministro de Exteriores Kamal Hossain, y que fue puesta en libertad sin fianza.
"Ten¨ªa miedo de entregarme a causa de las amenazas de muerte. No puedo a?adir nada m¨¢s", dijo a los los periodistas que aguardaban en el exterior de la sede del tribunal de justicia una Nasrin p¨¢lida y de semblante preocupado, vestida con un sari de color oscuro, con la cabeza cubierta y ocultando sus ojos con una gafas oscuras. A continuaci¨®n, la escritora se dirigi¨® en autom¨®vil a su residencia de Dhaka, donde visit¨® a su madre, pero desapareci¨® posteriormente con destino desconocido. "No sabemos a donde ha ido", indic¨® uno de los polic¨ªas que montaba guardia ante la vivienda..Nasrin compareci¨® ante el tribunal ante el que se le acusa de "insultos al Isl¨¢m", despu¨¦s de que su abogado Kamal Hossain presentara una petici¨®n de libertad sin fianza, y justo un d¨ªa antes de que expirara el plazo dado por los jueces para declararla en rebeld¨ªa, cumplido el cual el juicio se hubiera realizado en su ausencia y se le hubieran confiscado todos sus bienes.
El fiscal general Aminul Huq, presente en la breve comparecencia, pidi¨® al tribunal la libertad provisional. "En Bangladesh a las mujeres se les concede siempre la libertad. Taslima Nasrin es una mujer", sentenci¨®. Huq asegur¨® asimismo que el Gobierno har¨ªa todo lo necesario para garantizar la seguridad personal de la escritora.
Taslima Nasrin, de 32 a?os y m¨¦dico de profesi¨®n, opt¨® por la clandestinidad el pasado 4 de junio. Un juez de Dhaka orden¨® el arresto de la escritora, contra la que ya pesaba la fatwa de un grupo fundamentalista isl¨¢mico aderezada con la recompensa de 100.000 taka (350.000 pesetas) para quien acabara con su vida. Se le acusaba de haber dicho que el Cor¨¢n deb¨ªa ser "profundamente revisado" en una entrevista publicada en The Statesman, un peri¨®dico indio. Nasrin lo neg¨®, pero la redactora que escribi¨® la entrevista insisti¨® en la veracidad de lo publicado.
Versos er¨®ticos
Su pecado, sin embargo, ven¨ªa de lejos. La escritora bengal¨ª, que se declara atea, es la autora de una serie de poemas er¨®ticos que ya causaron gran indignaci¨®n en la conservadora sociedad de Bangladesh, especialmente por su abierta concepci¨®n de la sexualidad femenina. Por si esto fuera poco, Nasrin public¨® en octubre de 1993 la novela Verg¨¹enza, en la que defiende los derechos de las mujeres contra la sharia, la ley isl¨¢mica. La entrevista a The Statesman fue simplemente la excusa de los grupos fundamentalistas m¨¢s radicales para desatar una ola de odio popular contra ella. El pasado viernes, trece grupos isl¨¢micos de extrema derecha convocaron una manifestaci¨®n en Daca que reuni¨® a cerca de 200.000 personas, para reclamar a detenci¨®n de la escritora.
Durante los meses en que ha permanecido oculta, y mientras se sospechaba que o bien hab¨ªa abandonado el pa¨ªs o bien se encontraba refugiada en alguna embajada occidental, han tenido lugar en Dhaka varias manifestaciones en su contra. La agencia France Presse citaba ayer a una fuente diplom¨¢tica que aseguraba que Nasrin hab¨ªa estado escondida en el domicilio de un diplom¨¢tico occidental.
Si es declarada culpable de los cargos que actualmente existen contra ella, la m¨¢xima pena a la que podr¨ªa ser condenada es de dos a?os de trabajos forzados y una multa. La primera reacci¨®n de los integristas isl¨¢micos lleg¨® ayer de boca del l¨ªder del grupo parlamentario del principal partido islamista banglases¨ª Jamaate-Islami, para quien, si bien "es a¨²n muy pronto para hacer comentarios", Nasrin "debe ser juzgada y probar su inocencia delante de un tribunal".
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