Museo peligroso.
EN EL triste repertorio de muertes tan tr¨¢gicas como absurdas figurar¨¢ desde ahora el fallecimiento de un ni?o aplastado por una estatua. Aitor, de cinco a?os, visitaba el museo anexo al templo de la Sagrada Familia de Barcelona. Quiso jugar con la estatua, ¨¦sta cay¨® y lo aplast¨®. No hay excusas para los responsables de la instalaci¨®n. Si una estatua es accesible a un ni?o, debe estar s¨®lidamente anclada. Y si no, debe impedirse el acceso f¨ªsico a la misma.Al margen de la pol¨¦mica que rodea la conveniencia de proseguir la obra inacabada de Gaud¨ª, el templo se construye con d¨¢divas y la taquilla de la visita al mismo. Algunos museos en Espa?a tienen un dudoso mobiliario local. El anexo de la Sagrada Familia es una oferta prescindible. Si pese a todo existe, debe cumplir las garant¨ªas para no ser un peligro p¨²blico.
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