La guerra de los horarios comerciales
Voy a cumplir 62 a?os, y por lo menos 50 de ellos, los primeros, he conocido al comercio cerrando domingos y festivos. Todo el comercio. Y la gente, el consumidor, se arreglaba perfectamente. Compraba los d¨ªas laborables. Y las jornadas laborables eran mas extensas que las de ahora: la mayor¨ªa de sol a sol. Y adem¨¢s, no exist¨ªan frigor¨ªficos ni neveras para poder conservar los alimentos unos d¨ªas. Naturalmente, se compraba cada d¨ªa.Y ahora resulta que, habiendo descendido ¨²ltimamente el consumo considerablemente, parece que es necesario e imprescindible que el comercio abra todos los d¨ªas de la semana y todos los d¨ªas. del a?o, y adem¨¢s con jornadas de atenci¨®n al p¨²blico extens¨ªsimas: 10 o m¨¢s horas. Pues ?no hay, por desgracia, ahora m¨¢s gente parada que antes?, ?es qu¨¦ no existe en casi todos y cada uno de los hogares espa?oles uno o varios miembros en paro, y que al ir a la compra le podr¨ªa servir de distracci¨®n y de terapia a la posible depresi¨®n que le est¨¢ acarreando su situaci¨®n de desempleo?
Se?ores, seamos todos sensatos y un poco intuitivos. El horario comercial es simplemente un motivo, un cauce, que cada una de las tres partes implicadas: grandes superficies, consumidor y peque?o comercio usan y esgrimen, ego¨ªstamente, buscando sus propios intereses.
Las grandes superficies y multinacionales, con su enorme poder econ¨®mico, buscando la forma de, cada vez m¨¢s, quedarse con el mayor cacho a repartir, de la cada vez m¨¢s peque?a tarta (demanda).
El consumidor, aprovechando esta exagerada oferta, abusa y exige m¨¢s de lo que debe.
Y, por fin, el peque?o comercio, no pudiendo aguantar el ritmo comercial impuesto, dada su precaria situaci¨®n econ¨®mica, y porque necesita, el peque?o y mediano empresario de la distribuci¨®n, descansar y vivir algunas horas con su familia; es por lo que este ¨²ltimo pide que no se abran domingos y festivos.
En consecuencia, hace falta imponer una soluci¨®n salom¨®nica: dividir la tarta en dos partes iguales. Los consumidores, no perder¨¢n nada con ello.
Las grandes superficies y centros comerciales que est¨¦n abiertos al p¨²blico s¨®lo los d¨ªas laborables, pero todas las horas que quieran. Y los domingos y festivos que el comercio est¨¦ cerrado incluso panader¨ªas). Y la gente que disfrute de tiempo libre, de la astronom¨ªa, hosteler¨ªa, ocio, deporte, paseo, familia, amistad, reuniones asociativas, religiosas, pol¨ªticas, sindicales., etc¨¦tera.
Y creo, con fundamento, que el paro no iba a aumentar.-
Presidente de la Asociaci¨®n de Comerciantes de la Zona Centro de Legan¨¦s de Feincol.
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