Moldes
Conoc¨ª a un sujeto que era capaz de sacar el vaciado de un paisaje con mirarlo. No le interesaba la realidad, sino su negativo, de manera que s¨®lo pod¨ªa percibir los vol¨²menes s¨ª los convert¨ªa mentalmente en su bulto gaseoso, en su matriz. Su casa estaba llena de moldes que albergaban los fantasmas de los objetos m¨¢s dispares, cuyo vaciado hab¨ªa ido obteniendo a lo largo de una existencia hueca. Cuando nos presentaron, not¨¦ que me miraba con cierta ansiedad, hasta que logr¨® obtener mentalmente mi matriz, o quiz¨¢ mi ata¨²d. Una vez llevada a cabo esta operaci¨®n, se relaj¨® y comenz¨® a. tratarme con la naturalidad con la que se habr¨ªa dirigido a un fantasma.Cada vez que veo en los peri¨®dicos la foto de Taslima Nasrin o Salman Rushdie, me acuerdo de este sujeto pose¨ªdo por un temperamento desrealizador. Hay personas que te miran o te leen y te desrealizan porque no comprenden otro modo de relaci¨®n con el universo. Lo malo es cuando esa mirada se convierte en un patrimonio cultural. Taslima Nasrin y Salman Rushdie han sido le¨ªdos por una cultura que les ha dado a elegir entre la desrealizaci¨®n y la muerte.
Taslima. todav¨ªa tiene cierto cuerpo porque acaba de llegar al universo de los vaciados, donde quiz¨¢ Rushdie le est¨¦ ense?ando c¨®mo se convierte uno en el molde de s¨ª mismo. La condici¨®n de ambos es la del que s¨®lo puede estar si no est¨¢, la del ausente; en cierto modo, ¨¦sa es tambi¨¦n la condici¨®n de la escritura: a los libros se les llama vol¨²menes para disimular su condici¨®n fantasmag¨®rica; las palabras de su interior evocan la ausencia de todo lo que nombran. Taslima y Salman podr¨ªan ser los moldes de importan tes vol¨²menes si conseguimos que no se inyecte en sus vaciados la escayola del olvido.
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