Un d¨ªa en el aguaparque
Como ya he contao el verano es pa que disfruten los peques y de paso los mar¨ªos que deseguida te l¨ªan pa que t¨² participes y les hagas de creer que te tratan como una reina, pero no me enga?an, que he visto en el Hola a Concha Velasco en Formentor, qu¨¦ suerte, as¨ª de guapa y encima veraneando de hotel, qu¨¦ liberaci¨®n, eso es. veraneo y no lo de los apartamentos Madreperla.Pero a lo que iba, que me enrollo como las persinas, y es que me se amontonan las poblem¨¢ticas, que como el s¨¢bado era el cumple de mi Rub¨¦n y ten¨ªa el antojo del Aguaparque, pues all¨¢ fuimos. Mi Manolo me escatima en un ciertopelo pa tapizar el sof¨¢ de Madrid, pero tira la casa por la ventana por el Rub¨¦n y hale, tos al Aguaparque, ya ver¨¢s que divertido.
Y divertido debe ser, mayormente pa los peques que a veces pienso si deber¨ªamos meterles un garbanzo en el zapato alguna ma?ana pa que anduvieran un poco fastidiaos, pues con tanto mimo, llegan a mayores y est¨¢n como mi ¨®scar Luis, que no se encuentra.
Pero los del Aguaparque nos encontramos, vaya si nos encontramos, n¨¢ menos que con doscientas mil familias, vaya por Dios, debe ser que todos los nenes cumplen cuando mi Rub¨¦n. Y estamos tan espesos el personal que servidora, cae con vertiginosis por un tobog¨¢n, junto a Manolo y un alem¨¢n, y ¨¦ste mu torpe en el revolcamiento, me arranca con el dedo gordo del pi¨¦ el tirante del ba?ador, y cuando me veo en la piscina, estoy con teut¨¢n al aire, mira que gracia. T¨®s lo toman a chacota pero para m¨ª que estos aguaparques ofenden la dignidad de una persona como yo, y adem¨¢s los precios est¨¢n de espaldas al pueblo.
As¨ª que como admiten meriendas, menos mal, nos sentamos pal picnic y yo ya no vuelvo a pasar verg¨¹enzas, que prefiero quedarme haciendo ganchillo mientras disfrutan ellos, menudo espet¨¢culo. Y cuando ya estoy aburr¨ªa de pasar sola esta bonita jornada familiar, me voy pal explicador de una editorial que nos di¨® a la entrada un folleto con el objeto de canjearlo por un regalo. Me de ust¨¦ mi regalo, y me da un flota que no me entra, pero a cambio me ense?a unas espasas de arte, y en uno de sus cromos hay un Juicio Final. Y que est¨¢s viendo, Mar¨ªa, pues lo mismo que en Aguaparque: un gent¨ªo en peloticas t¨® revuelto y alborotao buscando desasegao Dios sabe qu¨¦.
S¨®lo que los del Juicio Final seguro que no han pagao tanto.
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