Cuba, contra otro 98
Unamuno dijo que no hay que vivir al d¨ªa, sino a los siglos. Quien pretenda limitarse a lo ocurrido en los ¨²ltimos d¨ªas para entender los recientes sucesos de Cuba poco sacar¨¢ en claro. La querella entre Estados Unidos y Cuba se remonta a cerca de dos siglos. Desde 1805 Jefferson insisti¨® en que Estados Unidos ten¨ªa que devorar a Cuba, entonces colonia espa?ola. En 1823, para impedir que Cuba: saliera de manos espa?olas hasta que cayera en estadounidenses, fue divulgada la doctrina Monroe, cuya esencia como es conocido, es: "Am¨¦rica para los americanos", expresi¨®n en la cual Am¨¦rica significa el hemisferio occidental de polo a polo y americanos los estadounidenses.Cuba luch¨® por su independencia entre 1868 y 1898, y jam¨¢s Estados Unidos reconoci¨® a la Rep¨²blica de Cuba en armas. Sin embargo, aquel ¨²ltimo a?o intervino con supuestos fines humanitarios en nuestra guerra y realiz¨® algo infrecuente en la historia: derrotar a la vez a los dos contendientes, colonialistas e independentistas (hab¨ªa espa?oles y cubanos en ambos bandos durante aquella contienda pr¨¢cticamente civil). Se sabe de sobra la suerte de Espa?a. En cuanto a Cuba, fue ocupada militarmente y convertida despu¨¦s en neocolonia hasta queen 1959 obtuvo, al cabo, por sus propios mediosla independencia. En El 98 de los americanos (Madrid, 1974), Jos¨¦ Manuel Allendesalazar escribi¨®: "Desde que Estados Unidos nace a la historia, el destino ha hecho que, de un modo u otro, la isla acabe siendo una pesadilla para los americanos. Cuba es una palabra familiar, atrayente e irritante en el vocabulario del pol¨ªtico americano, no s¨®lo de hoy, sino de hace siglo y medio".
Con este tel¨®n de fondo puede apreciarse el presente. Lo que en esencia ha cambiado es que Cuba no es hoy ni colonia espa?ola ni neocolonia estadounidense, sino independiente: hecho que los actuales representantes de la agresiva pol¨ªtica estadounidense no pueden perdonar. Nos han atacado por todos los medios, nos han sometido a un cruel bloqueo durante m¨¢s de 30 a?os y nos tienen destinado otro 98. Nuestro deber es impedirlo a toda costa, y as¨ª lo haremos. Se me dir¨¢ que adem¨¢s Cuba se declar¨® socialista, lo que Estados Unidos no puede permitir. Responder¨¦ que cuando fueron agredidos por Estados Unidos, no eran socialistas ni M¨¦xico ni Nicaragua ni Hait¨ª ni la Rep¨²blica Dominicana ni Guatemala ni Granada ni Panam¨¢. Y, en cambio, a China, pa¨ªs que se proclama socialista, Clinton acaba de ratificarle su condici¨®n de naci¨®n m¨¢s favorecida, y con Vietnam, pa¨ªs que tambi¨¦n se proclama socialista y donde por a?adidura murieron decenas de miles de estadounidenses, Washington est¨¢ normalizando sus relaciones. En un editorial del pasado d¨ªa 11, The New York Times exhorta al presidente Clinton a aliviar las sanciones impuestas por su pa¨ªs a Cuba a fin de evitar un ¨¦xodo masivo de cubanos (provocado sobre todo por las m¨²ltiples escaseces agravadas por el recrudecimiento del embargo / bloqueo) a EE UU, cuya pol¨ªtica, seg¨²n dicho peri¨®dico, est¨¢ "congelada en el pasado".
Naturalmente que Cuba requiere cambios. Los est¨¢ haciendo y har¨¢ cuantos sean necesarios sin deshonor. Pero nadie en sus cabales, puede esperar que entre tales cambios se encuentre regresar a 1898. Ni lo permitir¨¢n los mejores cubanos, sean cuales fueren sus criterios pol¨ªticos, ni lo desean los mejores estadounidenses. En cuanto a los espa?oles que no han olvidado la calumnia del Maine ni las humillaciones de 1898, es de suponer que deben ver con orgullo a aquellos cubanos que defendemos como Dios manda nuestra estirpe y el futuro que garantizaremos con inteligencia, imaginaci¨®n y valor.
Roberto Fern¨¢ndez Retamar es escritor y presidente de la Casa de las Am¨¦ricas de La Habana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.