"No he escrito ni una sola p¨¢gina de mis libros en Madrid"
La escritora Josefina Aldecoa se acaba de dar cuenta de que lleg¨® a Madrid hace 50 a?os. M¨¢s que agobiada, se la ve resplandesciente. "Un d¨ªa cont¨¦ los a?os y sumaban medio siglo. Todo empez¨® a conmoverme, lo antiguo y lo nuevo y Madrid se me apareci¨® como una ciudad maravillosa, soberbia, impecable.. ". La escritora nacida en un pueblo de Le¨®n hace 68 a?os, que adem¨¢s dirige el colegio Estilo desde 1959, no escamotea adjetivos. Su ¨²ltimo libro, Mujeres de negro, escala posiciones y prepara su tercera edici¨®n, pese a que apareci¨® en mayo pasado. "No es una continuaci¨®n de Historia de una maestra, pero los personajes son los mismos. Ambos son un homenaje a las maestras de la Rep¨²blica y a las mujeres que partieron al exilio", dice Josefina, viuda del cuentista Ignacio Aldecoa.Pregunta: ?De su ¨²ltima libro, ?cu¨¢ntas p¨¢ginas escribi¨® en Madrid?
Respuesta: Ni una sola. Ni de novelas ni de cuentos. Siempre escribo fuera. Lo que s¨ª hago en Madrid es llevar un cuadernito donde apunto todo lo que se me ocurre. Si veo geranios en un florero, apunto la imagen o la sensaci¨®n que me sugieren para una escena del libro en que estoy trabajando, pero nunca me he sentado a escribir en Madrid.
P. ?Es una cuesti¨®n de sensibilidad?
R. M¨¢s bien de falta de concentraci¨®n. Necesito el silencio y el aislamiento y los consigo en una casa que tengo en un pueblo. En Madrid no me concentro, porque est¨¢ el tel¨¦fono y los mil contactos. Tampoco podr¨ªa escribir en una cafeter¨ªa, ni de pueblo ni de Madrid.
P. ?Cu¨¢les son las condiciones ideales para leer?
R. Es algo muy personal. Yo busco el sosiego que me aportan los libros tumbada en un sof¨¢ o en mi cama. Necesito una relajaci¨®n total y la soledad es muy importante. Sin m¨²sica. Nunca he probado en una biblioteca, pero, si se respeta el silencio, probablemente sea el sitio ideal para disfrutar de la lectura. Una atm¨®sfera cargada de libros y de gente que lee es el ambiente m¨¢s estimulante.
P. ?Ha visto en el metro en el autob¨²s a alg¨²n lector suyo?
R. No, pero s¨ª en librer¨ªas. Me dan ganas de decirle "lo he escrito yo, a ver si le gusta" mientras me conmueve mi anonimato.
P. ?Maestra o escritora?
R. Tanto la educaci¨®n como la literatura se ocupan del ser humano y se esfuerzan por tratar de entenderle. Ambas ocupaciones son vitales para m¨ª.
P. ?Qu¨¦ queda de aquella ense?anza que foment¨® la Rep¨²blica?
R. Los 40 a?os de franquismo mat¨® el esp¨ªritu. Con la democracia se ha recuperado en parte, pero no todo.
P. Usted fund¨® un colegio en plena dictadura.
R. Viv¨ªamos muy hacia adentro para que no se nos viera demasiado. Nos daba igual que los padres estuvieran o no casados, si no quer¨ªan sus hijos no daban religi¨®n. Fue un espacio de libertad.
P. ?Qu¨¦ espacio cubre ahora en Madrid?
R. El mismo. En la pr¨¢ctica hay much¨ªsimos colegios que aun habiendo libertad no la ejercen en el aspecto religioso por presiones sociales o de los padres. Est¨¢ mal visto no dar religi¨®n, en Madrid por lo menos. Aqu¨ª hay muy pocos colegios liberales, cinco o seis. No m¨¢s. Los otros lo son en apariencia, pero si rascas un poquito...
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