La polic¨ªa m¨¢rroqui investiga el origen de las armas del ataque del mi¨¦rcoles
Marraquech y sus alrededores han sido peinados por la polic¨ªa, hay varias personas detenidas pero, al menos de momento, todo parecen palos de ciego. La cuesti¨®n m¨¢s importante para esclarecer el m¨®vil del asesinato de dos espa?oles el pasado mi¨¦rcoles -las metralletas utilizadas-sigue siendo la inc¨®gnita que ha quitado el sue?o en las dos ¨²ltimas horas a muchos altos funcionarios marroqu¨ªes. Sin recuperarse las armas, sin saberse por donde han podido colarse en el pa¨ªs, el Gobierno de Rabat se siente por primera vez, al, menos de forma p¨²blica, vulnerable."Nosotros tenemos una frontera muy permeable, por la que se filtra el contrabando m¨¢s diverso, la droga y un sinn¨²mero de art¨ªculos, pero hay tres cosas que no pasan: la propaganda contra el rey, las armas y la pornografila. ?Como llegaron entonces las metralletas a esos tres enmascarados?", se pregunta un empresario marroqu¨ª.
Este a?o se han cometido dos atracos a mano armada en Casablanca, el coraz¨®n industrial y financiero de Marruecos. Uno contra un furg¨®n blindado cargado de dinero, otro contra una sucursal bancaria. En ambos se utiliz¨® una peque?a pistola, pero el hecho de que hubiese un arma de por. medio sorprendi¨® enormemente a las autoridades y a la poblaci¨®n, si bien ten¨ªan la excusa de que "son cosas que ocurren en todas las ciudades del mundo".
Tres metralletas
Pero de una pistola a una metralleta hay una distancia enorme y en el atraco o supuesto atraco de Marraquech han aparecido tres. Nadie en Marruecos comprende, y menos los funcionarios del Ministerio del Interior con su amplia red de polic¨ªa secreta, c¨®mo unas armas "tan grandes y tan imposibles de conseguir en Marruecos", fueron a parar a manos de gentes que no fueron capaces de prever su hu¨ªda -tuvieron que quitarle el coche a una mujer que aparcaba- antes de iniciar una acci¨®n en la que no dudaron en matar a quienes se cruzaron en su camino.
?Terroristas o aprendices de g¨¢nsteres?, se preguntan los marroqu¨ªes al tratar de adivinar qui¨¦nes, ocultos por pasamonta?as y guantes negros, irrumpieron en un hotel de la tranquila ciudad de Marraquech. "Si hubieran querido matar turistas no necesitaban ir a un hotel; hay miles de autobuses repletos circulando por todas las carreteras de Marruecos. Mucho menos ir¨ªan a una hora -10,30 de la ma?ana- en la que los turistas no suelen estar en los hoteles. De hecho, fue una indisposici¨®n lo que retuvo a la familia malague?a y los catalanes eran turistas inusuales, que no necesitan madrugar", se?ala un funcionario.
La gran mayor¨ªa baraja que fueron los "nervios de los aprendices de g¨¢nsteres" los que les llevaron a disparar contra todo lo que se mov¨ªa. Pero si eran aprendices, "?c¨®mo se hicieron con las metralletas?".
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