La Guardia Civil, de nuevo
El escandalazo del d¨ªa anterior se repiti¨® en Colmenar con mayor virulencia -aunque quiz¨¢ con menor motivo- pues pr¨¢cticamente el pueblo entero se rebel¨® contra los atropellos de los taurinos y quienes les amparan, se plant¨® delante de la plaza al acabar la corrida y esper¨® a que compareciera el presidente, que lo era el comisario de polic¨ªa Marcelino Moronta, para cantarle las verdades del barquero. S¨®lo que el presidente permanec¨ªa oculto en el coso aguardando a que se calmaran los ¨¢nimos, y sali¨® una hora m¨¢s tarde, custodiado por la Guardia Civil. El p¨²blico que asisti¨® a la ¨²ltima corrida de la Feria de Colmenar ven¨ªa ya soliviantado de la funci¨®n del jueves, en la que la pasividad del presidente de entonces ante el fraude, Francisco Gonz¨¢lez, pudo provocar una grave alteraci¨®n del orden. Estaba caliente -suele decirse en plata- y bast¨® una chispa para que prendiera el alboroto.Ocurri¨® en el quinto toro, una especie de buey que sali¨® reserv¨®n, escondiendo la cara entre los brazuelos, y pareci¨® por eso inv¨¢lido. Se desat¨®, en consecuencia, la bronca, cayeron botes al ruedo, y quiz¨¢ por evitar mayores males, el presidente Moronta orden¨® su devoluci¨®n al corral. Pero en. los corrales se encontraba otro mal mayor: un sobrero impresentable, tipo liebre, y al verlo aparecer, la plaza entera salt¨® de los asientos manifestando su indignaci¨®n' volvieron a volar botes, los mozos de las pe?as corrieron hacia el palco, le dijeron al presidente de todo, le arrojaron objetos y le obsequiaron con. una estruendosa tamborrada. Marcelino Moronta, mientras tanto, aguantaba el tipo, y la Guardia Civil tomaba posiciones por si pasaban a la acci¨®n directa lo manifestantes...
Valverde / Mond¨¦jar, Fundi, Norte
Cuatro toros de Valverde (5?, manso, devuelto injustificadamente), con cuajo, sospechosos de pitones -2? y 3? se lidiaron bajo responsabilidad del ganadero-, boyancones. Dos de Isa¨ªas y Tulio V¨¢zquez, 1? chico cornal¨®n, sobrero abecerrado, ambos con casta. Los toros anunciados de Murteira fueron rechazados en el reconocimiento. Antonio Mond¨¦jar: pinchazo, otro hondo, rueda de peones y seis descabellos; dos pinchazos, otro saliendo perseguido y media trasera. Fundi: dos pinchazos y estocada corta baja; dos pinchazos, rueda de peones y bajonazo escandaloso.Julio Norte: tres pinchazos, bajonazo escandaloso, descabello -aviso- y descabello; bajonazo escandaloso perdiendo la muleta. (Silencio en todos los toros). El presidente, Marcelino Moronta, sali¨® de la plaza protegido por la Guardia Civil. Presentaron parte facultativo V¨ªctor Mendes y Ni?o de la Taurina, y les sustituyeron Mond¨¦jar y Norte. Plaza de Colmenar, 2 de septiembre. 7? corrida de feria. Dos tercios de entrada.
El torillo tipo liebre, que ten¨ªa casta, recibi¨® de las cuadrillas s¨®rdida lidia, y de Fundi, peor muerte. El sexto, una mole boyancona, corri¨® la misma suerte de sus hermanos: pasado por las armas en el primer tercio, qued¨® moribundo y tirando derrotes para defender el ¨²ltimo aliento que le quedara. He aqu¨ª otra tropel¨ªa habitual: la salvajada en que han convertido la suerte de varas los siniestros individuos del castore?o Ese toro y todos los picaron acorral¨¢ndonos contra las tablas para cegarles cualquier posibilidad de escapatoria y apalancarles la puya en los lomos traseros. Cuando el sanguinario sujeto levantaba la vara, al toro ya se le iba la vida por los enormes boquetes que le hab¨ªa abierto en sus carnes. El torito Tulio que abri¨® plaza, cuya casta codiciosa produjo emocionantes lances de salida, muri¨® pr¨¢cticamente ba o el caballo y agonizaba calamocheando durante los tenaces intentos de Antonio Mond¨¦jar para sacarle faena.
Es otro fraude, consentido por la autoridad, esta, intolerable brutalidad de los picadores, convertida ya en uso y costumbre. Y tambi¨¦n contribuy¨® a encrespar los ¨¢nimos de un p¨²blico que ya no soporta corruptelas, corrupciones y corruptos. La corrida transcurri¨® sin lucimiento, aunque Fundi, Norte y Mond¨¦jar hac¨ªan lo que pod¨ªan. Salieron toros sospechosos de manipulaci¨®n, otros sucumb¨ªan bajo la acorazada de picar... Y el ambiente se avinagraba por momentos, hasta que revent¨® con el indecoroso sobrero aquel.
Al acabar la corrida la gente se ech¨® a la calle para manifestarse contra el presidente y contra todos los culpables de los atropellos que ha sufrido durante la feria. Lleg¨® fuerza a caballo, que no intervino pero fue abucheada. La Guardia Civil mont¨® una h¨¢bil estrategia para fingir que el presidente saldr¨ªa por la puerta principal, y lo sac¨® por la trasera, cuando el gent¨ªo se cans¨® de esperar. Mejor as¨ª. Mejor que no hubiera graves incidentes. Pero cualquier d¨ªa puede estallar la ira de los aficionados,, hartos ya de que los estafen, de que el Ministerio del Interior no intervenga para atajar los desmanes de los ganaderos, los empresarios y los toreros. De que estos puedan presentar parte facultativo y caerse de los carteles, sin incurrir en responsabilidad.
Lo hicieron as¨ª V¨ªctor Mendes y Ni?o de la Taurina, que estaban anunciados. Caso curioso. Muchos aficionados hab¨ªan declinado asistir¨¢ la corrida pues les repel¨ªa el cartel. Y al enterarse de que V¨ªctor Mendes y Ni?o de la Taurina no toreaban,- se precipitaron a sacar la entrada.
Babelia
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