Euskadi no es el Ulster
Algunos nacionalistas vascos han querido ver en las negociaciones que mantienen, los gobiernos brit¨¢nico e irland¨¦s con el Sinn Fein, rama pol¨ªtica del IRA, una f¨®rmula trasladable a Espa?a para acabar con el terrorismo etarra. Sin embargo, cualquier pretensi¨®n de comparar el secular problema de descolonizaci¨®n que sufre Irlanda con la situaci¨®n creada en Euskadi desde que ETA decidi¨® unilateralmente echarse al monte con las armas, hace apenas 30 a?os, supondr¨ªa, cuando menos, ignorar la historia de esta maltratada isla europea; esa historia que los nacionalistas peninsulares tanto gustan en reescribir en beneficio propio para qu¨¦ el pasado gane en leyenda. todo lo que pierde en rigor. Pero ni el Pa¨ªs Vasco es el Ulster, ni ETA se asemeja al IRA m¨¢s all¨¢ del uso de la violencia terrorista, ni Herri Batasuna es la hom¨®loga del Sinn Fein.Mientras Espa?a sufr¨ªa en el siglo XIX las sucesivas embestidas de las partidas carlistas, especialmente en, el Pa¨ªs Vasco, Navarra y Catalu?a, la poblaci¨®n irlandesa padec¨ªa problemas m¨¢s acuciantes que nada ten¨ªan que ver con reivindicaciones forales. A partir, de 184.5 la isla sufri¨® una hambruna de proporciones gigantescas. En los siguientes 60 a?os la poblaci¨®n de la isla se vio reducida a la mitad, pasando de ocho a cuatro millones de habitantes. Y todo ello ante la pasividad de los gobernante brit¨¢nicos, que desde el siglo XV se hab¨ªan limitado a sofocar rebeliones y a confiscar la pr¨¢ctica totalidad de la tierra para entreg¨¢rsela a colonos escoceses e ingleses. Hartos de comer hierba, cientos de miles de irlandeses tomaron el camino de la emigraci¨®n, especialmente hacia EE UU. Con el paso de los a?os, los descendientes de aquellos hambrientos constituyeron un poderoso lobby que de la mano del clan Kennedy no s¨®lo financi¨® econ¨®micamente la causa norirlandesa, sino que incluso logr¨® que la misma fuese incluida en los programas electorales del Partido Dem¨®crata. Otros apoyos, como los de la asociaci¨®n estadounidense Noraid, han sido m¨¢s inquietantes y no falta quienes la se?alen como financiadora del IRA e incluso mediadora en la compra de armas que esta organizaci¨®n ha efectuado en EE UU. Frente a la dimensi¨®n de estos apoyos la causa etarra apenas puede exhibir ayudas desde el exilio vasco.
En 1858, siete a?os antes de que naciera Sabino Arana, padre del nacionalismo vasco, y 101 a?os de que se fundara ETA, surge la llamada Fraternidad Armada Irlandesa (IRB), una sociedad secreta cuyos integrantes conclu¨ªan su juramento de fidelidad con un "?Que Dios me guarde!" y que puede considerarse el antecedente del IRA, un ej¨¦rcito de voluntarios reclutado ya en 1920 despu¨¦s de que el Sinn Fein ganase las elecciones.
En los ocho primeros lustros de este siglo se encuentran buena parte de los elementos que han conducido a la actual situaci¨®n del Ulster: desde la rebeli¨®n de Dubl¨ªn, en la que 3.000 hombres fueron doblegados por 40.000 soldados brit¨¢nicos en 1916, hasta la posterior paz, que el tiempo demostr¨® fr¨¢gil y que condujo a la divisi¨®n de la isla en 1921 y al nacimiento de la Rep¨²blica de Irlanda en 1937. Pero hay que remontarse tambi¨¦n a 1920 para analizar la futura estrategia terrorista del IRA- Porque fue ese a?o, 57 antes de que ETA asesinase a 18 personas en Hipercor, cuando el IRA decidi¨® dar un salto adelante y llevar su combate a suelo ingl¨¦s incendiando una docena de almacenes en Liverpool. Los guerrilleros norirlandeses sucumbieron ya entonces a la doctrina de uno de los m¨¢ximos1e¨®ricos de la guerra, el mariscal prusiano Karl von Clausewitz, cuyos tratados b¨¦licos fascinaron tanto a Lenin como a Mac Arthur y posteriormente a la propia ETA, pese a incluir sentencias de la siguiente guisa: "El que usa la fuerza con crueldad, sin retroceder ante el derramamiento de sangre por grande que sea, obtiene una ventaja sobre el adversario". Todo lo dem¨¢s eran para ¨¦l "ideas falsas inspiradas en el sentimentalismo". Aunque el militarismo es consustancial tanto a ETA como al IRA, debe tenerse presente que los predecesores de esta ¨²ltima llegaron a reunir una fuerza de 15.000 hombres y que libraron combates con las fuerzas de ocupaci¨®n brit¨¢nica por lo que su estructura y parafernalia siempre se ha ajustado m¨¢s a la de un ej¨¦rcito regular. Entre otras cosas, porque regulares han sido las tropas que ocupan el Ulster y que desde hace casi 30 a?os incluyen tanto unidades paracaidistas como comandos especiales de las SAS especializados en la lucha contrainsurgente y de gatillo a veces tan r¨¢pido como el de los propios terroristas.
Pero, adem¨¢s, resulta dif¨ªcil imaginar que los presos etarras emulen a sus supuestos colegas del IRA, que en 1978 iniciaron una singular protesta para reivindicar su condici¨®n de prisioneros de guerra: los provisionales se dedicaron durante meses a llenar sus celdas con restos de comida y sus propios excrementos esparcidos por las paredes. Todo concluy¨® en 1981 con la muerte de 10 presos en huelga de hambre. Los norirlandeses radicales han sido as¨ª capaces de superar en fanatismo a sus correligionarios vascos, aunque ambos hayan recorrido un sendero com¨²n de extorsiones, asesinatos por error, eliminaci¨®n de traidores... Y todo ello pese a una tambi¨¦n com¨²n y limitada representatividad en las urnas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Treguas terroristas
- Opini¨®n
- Negociaciones ETA
- Deportaci¨®n
- Refugiados ETA
- Presos
- Irlanda del Norte
- Presos ETA
- Inmigraci¨®n irregular
- Presos terroristas
- Terroristas
- Prisiones
- Sentencias
- Pol¨ªtica antiterrorista
- Reino Unido
- Pol¨ªtica migratoria
- ETA
- Centros penitenciarios
- Migraci¨®n
- Sanciones
- Lucha antiterrorista
- Europa occidental
- Grupos terroristas
- Demograf¨ªa
- R¨¦gimen penitenciario