"Nuestro peor adversario sigue siendo el Papa
La paquistan¨ª Nafis Sadik, de 65 a?os, doctora en Medicina, es la presidenta del Fondo de la Poblaci¨®n de la ONU, -que tiene un presupuesto de 40.000 millones de pesetas- y, desde 1991, secretaria general de la Conferencia que da comienzo hoy en El Cairo. Casada desde hace 41 a?os, madre de cinco hijos y abuela de seis nietos, Nafis Sadik no duda en afirmar que "el Papa sigue siendo el peor adversario" en la promoci¨®n de los anticonceptivos en el Tercer Mundo.Pregunta. ?Cu¨¢l es el papel de la mujer paquistan¨ª en la sociedad?
Respuesta. Jam¨¢s ha tenido control de su propia vida. Su ¨²nica funci¨®n ha sido tener hijos y servir a los dem¨¢s. Aunque esto anulaba su personalidad, ten¨ªa que aceptar esta forma de vida.
P. ?Qu¨¦ les parece esta actitud?
R. La presi¨®n de la mujer tiene mucho que ver con su papel de tener hijos. Su fertilidad como medio de control s¨®lo sirve para glorificar su papel de madre. ?Ad¨®nde llegar¨ªamos si todas las mujeres estuvieran emancipadas? Pero creo que el tiempo de la mujer sumisa ha pasado. La revoluci¨®n anticonceptiva le permite decidir a ella misma el ser madre o no. En los pa¨ªses industrializados, casi el 80% de las parejas utiliza anticonceptivos, mientras en los pa¨ªses subdesarrollados esta cifra no llega ni a un 15%, ya que ¨¦stos est¨¢n fuera de su alcance, tal y como demostr¨® una encuesta realizada; m¨¢s de 300 millones de parejas los emplear¨ªa si tuvieran la ocasi¨®n de conseguirlos.
P. ?S¨®lo se informa a las mujeres?
R. Hemos cometido ese fallo. Esto lo estamos cambiando. El problema es que para muchos hombres, por razones culturales, es importante tener muchos hijos. Fortalece su posici¨®n dentro de la sociedad. Se necesitar¨¢ mucho tiempo para cambiar esta mentalidad. Pero el movimiento feminista ayuda mucho.
P. Adem¨¢s de la cultura influye la religi¨®n.
R. Es importante en caso de que la religi¨®n tenga influencia pol¨ªtica. Pero a¨²n en la mayor¨ªa de esos casos las mujeres les llevan mucha ventaja a los Gobiernos y a la Iglesia. Exigen sus derechos, reclaman que se legalice el aborto y los anticonceptivos.
P. ?Qu¨¦ opina de la actitud del Papa?
R. El hecho de que el Papa estuviera a favor de la prevenci¨®n anticonceptiva nos ser¨ªa de gran ayuda. Pero ¨¦l sigue demostrando su postura r¨ªgida en cuanto al tema del matrimonio, del divorcio y de la prevenci¨®n anticonceptiva. En cambio, los obispos alemanes han reclamado con una carta p¨²blica promover todo tipo de anticonceptivos. En una reciente entrevista con ¨¦l hablamos de estos problemas. Lo ¨²nico en lo que est¨¢ de acuerdo es que se tiene que promover la educaci¨®n de las mujeres.
P. ?Es posible seguir promocionando los anticonceptivos sin permiso del Papa?
R. S¨ª. Ya colaboramos con muchos grupos eclesi¨¢sticos de Am¨¦rica del Sur, como por ejemplo Brasil, que distribuyen anticonceptivos. Otras Iglesias env¨ªan a las mujeres a cl¨ªnicas para conseguirlos. Pero nuestro peor adversario sigue siendo el Papa.
P. ?Cu¨¢nto dinero cree que necesita el Fondo de la Poblaci¨®n en el futuro?
R. Para hacer llegar los m¨¦todos anticonceptivos a cada una de las mujeres hasta el a?o 2000 necesitar¨ªamos 4.000 millones de d¨®lares (520.000 millones de pesetas). Espero que los Gobiernos nos ayuden de aqu¨ª a entonces. Porque si se tiene en cuenta que el problema afecta a todos y que tendr¨¢ una gran influencia sobre el medio ambiente, esta suma no es demasiado.
P. ?El hecho de ser mujer le ha causado alguna vez problemas profesionales?
R. En 1971, cuando entr¨¦ en la ONU, la mayor¨ªa de los miembros eran hombres. Cada vez que intentaba decir algo no me prestaban ninguna atenci¨®n. De esta forma estaba obligada a aprender a imponerme adoptando un comportamiento m¨¢s agresivo. Tambi¨¦n interpretaba el silencio, como aprobaci¨®n, lo cual fue un choque para mi auditorio masculino. Hoy intercambiamos siempre nuestras opiniones y, adem¨¢s, suelen elegirme de portavoz. Noto que esta sociedad no tiene demasiada costumbre de que una mujer articule sus ideas. En Pakist¨¢n, ya por el hecho de tener un trabajo una persona es respetada en la sociedad.
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