Plutonio bueno, plutonio malo
En las 430 centrales nucleares que hoy funcionan por el mundo se est¨¢ produciendo actualmente s¨®lo el 4% de la energ¨ªa (no llega al 15% del total de electricidad) que la humanidad consume por todos los conceptos, pero a cambio se est¨¢n generando cada a?o como residuos unas 75 toneladas de plutonio y varios miles de toneladas de uranio en sus diversas formas. Unos pocos kilos de estos materiales, m¨¢s o menos procesados, sirven para hacer terribles bombas at¨®micas. Unos pocos gramos de plutonio pueden envenenar los dep¨®sitos de agua de una gran ciudad.El plutonio generado desde el comienzo de la era nuclear, probablemente unas mil toneladas (?qu¨¦ m¨¢s da si son 2.000 o 500!) podr¨ªa contaminar todas las aguas dulces y casi todas las saladas del planeta Tierra. Y podr¨ªa servir (y ha servido, s¨¢quense las conclusiones) para hacer decenas de miles de bombas at¨®micas. La persistencia nociva del uranio es de miles de a?os, y la del plutonio es de... ?decenas de miles de a?os!
El plutonio, como el uranio, son como Dr¨¢cula: se resisten a morir y a ser encofrados. Hay que almacenarlos en muy peque?as cantidades y muy separadas, porque podr¨ªan reaccionar, lo que hace de su conservaci¨®n una pesadilla. Los m¨¢s s¨®lidos cofres de acero inoxidable y cemento que hoy existen apenas resisten al plutonio unas d¨¦cadas, hasta que se corroen y resquebrajan, y entonces hay que volver a encofrarlos otra vez. As¨ª habr¨¢ que hacerlo durante milenios: una macabra herencia de matriuskas nucleares para miles de generaciones venideras, si es que llegan a venir. La comunidad cient¨ªfica no sabe qu¨¦ hacer con estos intratables residuos; est¨¢n provisionalmente en piscinas especiales dentro de las centrales nucleares o en dep¨®sitos de diverso tipo, cuyas capacidades se est¨¢n agotando.
Uno de los dep¨®sitos m¨¢s curiosos hasta la fecha eran las cabezas de acero de las decenas de miles de ojivas nucleares. Nadie se atreve a enterrar el plutonio en minas, ni siquiera profundas, porque una filtraci¨®n podr¨ªa provocar una irreparable cat¨¢strofe mundial. Lanzarlo al espacio exterior, aparte de costos¨ªsimo, ser¨ªa enormemente peligroso; se necesitar¨ªan varios centenares o miles de vuelos anuales de la lanzadera espacial (la m¨¢s capaz), con mil kilos de mort¨ªfera carga en cada viaje y sin posibilidad de error, pues una explosi¨®n como la del Challenger podr¨ªa contaminar todo un mar o un continente.
Si las dos cargas nucleares del submarino ruso que hay hundido en el Atl¨¢ntico se terminan rompiendo, se acabaron las pesquer¨ªas en esa zona por miles de a?os. Y hay nueve submarinos hundidos, seis sovi¨¦ticos y tres norteamericanos, que se sepa.
Y teniendo en cuenta este drama, todav¨ªa hay algunos, no s¨¦ si decir ignorantes o calculadamente inocentes, medios informativos que se lo se dedican a contar que la falta de control de los residuos nucleares s¨®lo les puede pasar a los rusos, que eran unos rojazos desorganizados, o que la utilizaci¨®n perversa de las armas nucleares es s¨®lo patrimonio de los malos, o sea, los norcoreanos, iran¨ªes, iraqu¨ªes, etc¨¦tera, y dan por supuesto, mediante el silencio m¨¢s sinverg¨¹enza que jam¨¢s haya existido, que a ellos, es decir, a nosotros, los buenos, eso no nos va a pasar nunca.
Eso es desconocer intencionadamente la naturaleza del plutonio, cuya nociva persistencia es mucho mayor que toda la historia registrada del hombre, y sobre todo es desconocer la naturaleza humana, tan fr¨¢gilmente cambiante frente a la mort¨ªfera estabilidad radiactiva del plutonio. ?Qui¨¦n puede garantizar hoy a la humanidad la bondad y el control y la voluntad democr¨¢tica de EE UU, Francia, el Reino Unido, etc¨¦tera, no ya s¨®lo en este momento, sino dentro de 100, 1.000 o 10.000 a?os, cuando todav¨ªa nuestros descendientes tengan que estar encofrando y vigilando el plutonio de 1994, como si de un terrible mito de S¨ªsifo se tratase?
Hablar del miedo que da la falta de control del plutonio ruso y su desv¨ªo a pa¨ªses no amigos de Occidente es una cortina de humo de algunos gramos o kilos de plutonio, lanzada por los que pretenden cubrir y mantener a salvo su propia ignominia productora de decenas de toneladas de plutonio anuales y as¨ª garantizar la supervivencia de su sacrosanta industria nuclear como instrumento de dominio sobre los dem¨¢s- Pedro Prieto P¨¦rez
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