Buero Vallejo resucita despu¨¦s de cinco a?os
El autor repone 'El sue?o de la raz¨®n', estrena nueva obra y dar¨¢ nombre a un teatro
ROSANA TORRESTras cinco a?os en silencio, Antonio Buero Vallejo, de 78 a?os, irrumpe con una fuerza inusitada en la temporada teatral 1994 / 1995. El jueves se repone El sue?o de la raz¨®n, bajo la direcci¨®n de Antonio Tordera, en el Teatro Mar¨ªa Guerrero de Madrid, lo que significa su vuelta a un Teatro Nacional tras 38 a?os; el pr¨®ximo martes se inaugura en Alcorc¨®n (Madrid) un ambicioso teatro con su nombre; el d¨ªa 23 se produce, en Segovia, el estreno absoluto de su nueva comedia Las trampas del azar, bajo la direcci¨®n de Joaqu¨ªn Vida y a mediados de octubre, el m¨ªtico Dramaten Teatern de Estocolmo, pone en escena El sue?o de la raz¨®n, invitado por los directores Lars L?fgren e Ingmar Bergman.
Toda esta suma de acontecimientos son achacados por Buero Vallejo a la casualidad y a pesar de ellos no s¨®lo no pierde su habitual escepticismo sino que se muestra cr¨ªtico. Al autor le parece una desgracia que la reaparici¨®n de su obra El sue?o de la raz¨®n, que ha sido montada en tres ocasiones por Antonio Tordera en los ¨²ltimos cuatro a?os, s¨®lo pueda estar hasta el pr¨®ximo 9 de octubre en el Teatro Mar¨ªa Guerrero, sala en la que ayer aparec¨ªan grandes graffittis en sus diferentes puertas que rezaban "El INAEM [Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica del que depende este teatro] desaloja la cultura del pueblo".Seg¨²n Amaya de Miguel, responsable de la programaci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional, hasta que la ministra de Cultura, Carmen Alborch, nombre un nuevo director, el que la obra de Buero est¨¦ solo 21 d¨ªas en cartel se debe al hecho de que el montaje tiene que acudir el 15 de octubre al Dramaten de Estocolmo, el teatro nacional sueco considerado como uno de los grandes templos esc¨¦nicos del mundo.
Desacuerdo
En cualquier caso, Buero Vallejo no ocult¨® ayer estar en absoluto desacuerdo con el criterio seguido en los teatros nacionales, y otras salas, donde los espect¨¢culos no est¨¢n grandes temporadas: "Una obra debe rnantenerse indefinidamente si la taquilla y el p¨²blico lo aconsejan". A lo que a?adi¨®, "cambiar con rapidez, pasar de una obra a otra, es un error de cara a la recuperaci¨®n del gran p¨²blico para el teatro; tengo muy claro que el d¨ªa que las programaciones se hagan en funci¨®n del boca a boca y la taquilla estaremos m¨¢s cerca del renacer del teatro en Espa?a".
El sue?o de la raz¨®n, estrenada en 1970, es una de las obras de Buero Vallejo m¨¢s representadas en el extranjero, donde se ha montado en 18 idiomas y pa¨ªses diferentes: "Siempre con resultados muy lisonjeros para mi", afirma el autor, quien achaca en gran parte el que ahora acuda a Estocolmo al hecho de que la funci¨®n es una biograf¨ªa novelesca y, seg¨²n Buero, mentirosa, violentada y con grandes anacronismos, sobre Francisco de, Goya, "hombre de una enorme personalidad que puede atraer m¨¢s que la obra misma". La visita de este monta e al Dramaten se ha hecho coincidir con una macroexposici¨®n que el Museo Nacional Sueco dedica en esas fechas al pintor aragon¨¦s.
Tampoco hay que olvidar que Buero Vallejo ya fue representado en el Dramaten con clamoroso ¨¦xito con un montaje que sobre su obra La fundaci¨®n dirigiera Ingmar Bergman.
En esta ocasi¨®n, el estreno de Buero Vallejo supondr¨¢ que la direcci¨®n del Dramaten acoja por primera vez un montaje -que no ha sido visto previamente por la direcci¨®n del teatro nacional sueco- en espa?ol, con un reparto encabezado por Manuel de Blas y Marina Saura y una producci¨®n del Centro Dram¨¢tico de la Generalitat Valenciana.
El autor de Historia de una escalera, obra con la que irrumpi¨® en el oficio de dramaturgo en 1948, deja claro que no debe ning¨²n favor especial a los responsables de pol¨ªtica cultural de la etapa democr¨¢tica: "La manera en la que hayan podido influir en acontecimientos profesionales m¨ªos que hayan sido positivos ser¨¢ cuesti¨®n de gratitud, pero no es cosa que ellos hayan brindado ni yo haya solicitado".
Buero se niega a contestar si los socialistas le han decepcionado: "Creo que en la tarea pol¨ªtica todas las formaciones pol¨ªticas ofrecen muchas posibilidades de decepci¨®n". Tampoco le ha extra?ado que desde que lleg¨® la democracia y hasta ahora nunca haya sido estrenado en un teatro nacional: "Mucho antes ya no me llamaban y parece que tiene que ver con la duraci¨®n excesiva, si se puede llamar ir¨®nicamente as¨ª, de un autor que tiene que ceder el paso, por fuerza, a autores m¨¢s j¨®venes, m¨¢s amigos de la direcci¨®n, m¨¢s interesantes...".
Entierro prematuro
El ¨²ltimo estreno de Buero-Vallejo en un teatro nacional se remonta a 1956 con Hoy es fiesta. "Ya mucho antes de esa fecha se dijo '?ya est¨¢ bien de Buero!', y es que aqu¨ª tenemos muy acentuado el prurito de licenciar o enterrar prematuramente", se?ala sarc¨¢stico.
Respecto al hecho de que en los teatros p¨²blicos, tanto de ¨¢mbito estatal como auton¨®mico o municipal, nunca pongan al frente a un autor y s¨ª a otros creadores del hecho esc¨¦nico, Buero Vallejo cree que es algo intr¨ªnseco a la corriente, instalada desde hace a?os, que promueve a diferentes colaboradores teatrales, pero nunca al autor mismo: "Incluso se piensa, por parte de muchos, que el autor es un colaborador de segundo orden en el teatro".
Aunque no se ver¨ªa en un cargo de esta ¨ªndole "por no estar en mi temperamento este tipo de cosas", Buero Vallejo s¨ª se considera suficientemente capacitado para todo lo que fueran aspectos de la escena, exceptuando todo lo relativo a asuntos administrativos y contables.
"Mi ¨²ltimo engendro"
Con un humor cargado de escepticismo, Antonio Buero Vallejo habl¨® ayer en Madrid de su nueva comedia Las trampas del azar, que ser¨¢ estrenada el pr¨®ximo d¨ªa 23 en el Teatro Juan Bravo de Segovia, defini¨¦ndola como "mi ¨²ltimo engendro".En ella tambi¨¦n se esconde una cr¨ªtica social cargada de dureza como en otras obras del autor y, una vez m¨¢s, uno de los protagonistas tiene una minusval¨ªa, en esta ocasi¨®n, psicof¨ªsica. Buero Vallejo, que no apunta m¨¢s detalles de la nueva pieza, s¨ª revel¨® que est¨¢ situada en la ¨¦poca actual. En cualquier caso, Buero Vallejo no olvida en esta nueva comedia algo que siempre ha marcado su dramaturgia: "El teatro no tiene que servir s¨®lo para interesar y atraer, sino que tambi¨¦n debe abordar cr¨ªtica y anal¨ªticamente la situaci¨®n y la realidad que nos rodea".
Esta obra llega a los espectadores cinco a?os y un d¨ªa despu¨¦s de su ¨²ltimo estreno en Madrid, con la obra M¨²sica cercana. El anterior, L¨¢zaro en el laberinto, se produjo el 16 de diciembre de 1986, el mismo d¨ªa que recibi¨® el Premio Cervantes.
Buero achaca estos largos periodos de silencio entre obra y obra al hecho de que le resulta "penosamente aburrido" escribir, aunque cree que en esta ocasi¨®n ese mutismo ha sido excesivamente largo ya que normalmente s¨®lo deber¨ªan haber pasado tres a?os entre los dos ¨²ltimos estrenos.
El autor desembarc¨® en el oficio de escritor a los 32 a?os, despu¨¦s de dedicarse mucho tiempo a la pintura y pasar por los penales de Conde de Toreno, Yeser¨ªas, Dueso, Santa Rita, Oca?a.... All¨ª estuvo encarcelado, tras ser condenado a muerte en 1939 en un juicio sumar¨ªsimo por "adhesi¨®n a la rebeli¨®n".
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