Tradici¨®n y modernidad
El 23 de marzo de 1525, una provisi¨®n del emperador Carlos insta al arzobispado de Toledo a devolver a los vecinos de San Sebasti¨¢n de los Reyes lo cobrado en sus fiestas, incluido lo referente a "correr toros". En 1813 se realiza una petici¨®n al jefe pol¨ªtico de la provincia diciendo que se llevan 110 a?os ininterrumpidos de encierro y que nunca ha sucedido ninguna desgracia. Los toros, como en tantos lugares, llegan a trav¨¦s de las ca?adas reales y a las afueras del pueblo son esperados por los vecinos m¨¢s atrevidos para, delante o detr¨¢s de la manada, desembocar en la plaza donde ser¨ªan lidiados.Con la evoluci¨®n de los medios de transporte, la tradici¨®n permanece y nuestros encierros constituyen el rasgo m¨¢s t¨ªpico de nuestras fiestas. Las condiciones topogr¨¢ficos del trazado y su velocidad lo definen como uno de los de mayor riesgo del pa¨ªs. Son al mismo tiempo una prueba de habilidad entre el corredor y el toro -el toro de verdad, ¨ªntegro y nuevo, no el morucho ni el toro placeado corrido y lleno de resabios-, a la vez que un emocionante espect¨¢culo.
Los encierros han alcanzado en estos ¨²ltimos a?os su mayor popularidad; esto es fruto del estricto cumplimiento de la normativa y de la escrupulosidad con que las diferentes ¨¢reas que participan en la organizaci¨®n del encierro cuidan hasta el ¨²ltimo detalle. Los organizadores tienen el convencimiento de que cuanto mayores sean las cotas de seguridad al alcance del corredor, las carreras ganar¨¢n en brillantez, y el riesgo controlado y l¨®gico dar¨¢ el fruto deseado por ambas partes.
Uno de los aspectos principales que han primado de nuestros encierros es el respeto a las reses poniendo todos los medios necesarios para evitar el maltrato de los animales. Aqu¨ª no tratamos de correr toros dando todas las ventajas al corredor, ya que ¨¦ste corre en un firme habitual como es el asfalto; por ello en las zonas donde la velocidad es mayor y existen curvas cerradas aplicamos un pavimento antideslizante, donde los cascos se agarran con facilidad, tratando de evitar las ca¨ªdas de las reses. En la organizaci¨®n de nuestro encierro existen tres grandes ¨¢reas: seguridad, asistencia sanitaria e infraestructura y recorrido, con una dotaci¨®n de 125 personas, entre Polic¨ªa Nacional, Local, Protecci¨®n Civil, Cruz Roja, pastores, dobladores y pe?istas colaboradores.
En conclusi¨®n, el encierro es todo un ritual, en el que el toro es objeto de respeto y exaltaci¨®n.
* Adem¨¢s del alcalde de San Sebasti¨¢n de los Reyes,
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