El "sistema Floro" se le atraganta al Madrid
Dos goles al final no salvaron la inoperancia reinante en Albacete
El Albacete visti¨® sistema Floro. Una semana le ha servido al t¨¦cnico pr¨®digo para sentar sus reales a la hora de tan llamativo estreno, sentado como estaba Valdano en el banquillo de al lado. La experiencia tuvo un aire efectista: ciertas cosas venden mejor en Albacete que en Madrid. Al descanso, Floro ya hab¨ªa ganado su partido porque t¨¢cticamente hab¨ªa reducido al Madrid a un estado de inoperancia casi generalizado. Otra cosa era ganar , objetivo para el que el Madrid parec¨ªa siempre mejor dispuesto aun cuando su primer disparo a puerta pudiera retrasarse durante casi 45 minutos. Dado lo sucedido en los cinco minutos m¨¢s intentos del partido, aquellos en los que mediaron los dos goles, el p¨²blico abandon¨® sus localidades coreando el nombre de Floro: el churro de Sanchis precedi¨® a un golazo de Oscar. Ambas acciones apenas tuvieron ligaz¨®n con el partido, pero el efecto Floro era un hecho.El Albacete (o Floro) le dedic¨® al Madrid un espeso sistema de contenci¨®n bajo el disfraz de procurarse el dominio de la pelota. Cinco hombres en el centro del campo uno de los cuales ten¨ªa puestos los cinco sentidos y los tacos de sus botas en Laudrup rindieron beneficio inmediato: el Madrid perdi¨® sus l¨ªneas de comunicaci¨®n y el Albacete se hizo due?o del bal¨®n. A partir de ah¨ª, el encuentro entr¨® en un asunto vidrioso. Perdido el Madrid, el Albacete s¨®lo busc¨® la porter¨ªa en contadas ocasiones. Fue m¨¢s seguro que agresivo, incluso durante el largo lapso de tiempo en el que goz¨® de superioridad num¨¦rica. Pero dadas las circunstancias por las que atraviesa el club (con un conflicto en el banquillo a la primera joma.da), esa postura le auguraba una buena dosis de ¨¦xito.
A la espera de que el partido cobrase cierto pulso (lo tuvo tan s¨®lo en los cinco minutos de entregoles) hab¨ªa tiempo para reflexionar sobre las verdades absolutas en el mundo del f¨²tbol, te?idas en las tertulias como detalles t¨¢cticos. Resultaba ayer evidente que lo que provocaba irritaci¨®n en otros escenarios parec¨ªa tener mucha mejor venta en Albacete. Sea as¨ª c¨®mo diez pases consecutivos con todo el Madrid como testigo ausente fueron recibidos con alborozo por la afici¨®n local, acci¨®n colectiva que en el Bernab¨¦u pod¨ªa ser preludio de una sonora bronca seg¨²n d¨®nde y c¨®mo finalizara. El Albacete jug¨® contra el Madrid, posiblemente Floro jug¨® contra Valdano y no al contrario, pero ninguno de los protagonistas maniobr¨® adecuadamente para ganar el partido.
El Madrid viaj¨® a La Mancha a conquistar dos puntos, no a hurgar en viejas heridas. Para los nuevos inquilinos del banquillo madridista, Albacete es uno de esos puntos inh¨®spitos de la geograf¨ªa del campeonato susceptibles de medir el verdadero. calado del juego madridista. El Sporting de Lisboa cerr¨® la pretemporada hace unos d¨ªas a ojos del madridismo: la gente agradece un buen escaparate, pero a partir de hoy empieza a fijarse tambi¨¦n en los precios. La demanda sugiere puntos sumados a los goles (una aritm¨¦tica infalible), quiere observar d¨®nde terminan las jugadas de sal¨®n en una situaci¨®n de fuego real. Y el Albacete, rearmado moralmente con la presencia de Benito Floro, se present¨® en el c¨¦sped sin fisuras ideol¨®gicas. Lo suyo es luchar por sobrevivir.
En ¨²ltimo extremo, ambos buscaron lo mismo: argumentos para seguir hablando. Uno con vistas a reafirmar su categor¨ªa. El otro, para no sentirse prematuramente deshauciado. Los puntos les ahorraban tener que abrir el cap¨ªtulo de explicaciones porque nada es m¨¢s tedioso que comenzar la Liga buscando excusas. En ese sentido, tuvo m¨¢s peso el juego del Albacete porque el Madrid no pudo sacar provecho de su enorme superioridad t¨¦cnica. Dirigidos por un colegiado desconcertante que pudo haber complicado el partido hasta extremos dignos de presidir la pol¨¦mica de la semana, Madrid y Albacete terminaron abraz¨¢ndose al empate.
El gol de Sanchis tuvo una respuesta tan r¨¢pida, terminante y espectacular que apenas modific¨® el conjunto del escenario. Si acaso apuntal¨® el buen estreno de Floro, m¨¢s efectista que real, una ventaja t¨¢ctica de la que no pod¨ªa disponer Valdano. Al Madrid se le supon¨ªan los puntos y el juego. El resultado deja a cada uno con su tema: uno a rehabilitar al Madrid (y suma tres positivos en cuatro jornadas) y el otro a reflotar al Albacete (dos negativos). El duelo Valdano-Floro se diluy¨® con el pitido final posiblemente para el resto del campeonato. Dif¨ªcil ser¨¢ que la pr¨®xima vez que se encuentren lo hagan en condiciones de igualdad.
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