Ponce, por la puerta grande
Enrique Ponce demostr¨® lo que es el arte de C¨²chares aplicado a la ley de la geometr¨ªa. A un bravo toro, noble, muy encastado, y con unas notables defensas, con 600 kilos perfectamente encajados en su estructura, supo sacarle el mejor partido de los posibles. Con la mano derecha instrument¨® tres tandas sensacionales. No se puede torear mejor. Equilibrado, perfecto, arm¨®nico, ortodoxo, bajando la mano, d¨¢ndole la salida adecuada al toro remat¨® dos de las tandas con un pase de pecho que puso en pie al respetable. La tercera tanda la remat¨® con una giraldilla pinturera y llena de torer¨ªa, algo a lo que no estamos acostumbrados a ver habitualmente al torero de J¨¢vea. Tres naturales perfectos de ejecuci¨®n fueron suficientes para que tras el espadazo se abriera la puerta grande.Finito de C¨®rdoba, en su primero realiz¨® una soberbia faena con ambas manos. Lig¨® cinco naturales con una profundidad, una cadencia y un embrujo, que fueron lo mejor de la tarde.
Zalduendo /Joselito, Ponce, Finito
Toros de Zalduendo, nobles. Joselito: silencio en los dos; lesionado de pron¨®stico leve. Enrique Ponce: palmas; dos orejas. Finito de C¨®rdoba: oreja; silencio. Plaza de Valladolid, 21 de septiembre. 5a corrida de feria. Lleno.
Joselito, fue la cara contraria de la moneda. Sus dos toros, bravos y nobles, estuvieron muy por encima de sus posibilidades. En su primero realiz¨® un quite primoroso rematado con una media cordobesa; despu¨¦s fue de m¨¢s a menos. Ni siquiera brill¨® en la suerte suprema, en la que estuvo mal. El cuarto le volte¨® al hacer un quite por chicuelinas, caus¨¢ndole varetazos leves. Joselito ha pasado por Valladolid sin pena ni gloria,
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