Alfonso de Urquijo y Landecho, cazador y escritor
Ni para su muerte abandon¨® Alfonso de Urquijo, ingeniero t¨¦cnico agr¨ªcola y uno de los m¨¢s expertos cazadores espa?oles, su querido coto de Nava el Sach, en plena Sierra Morena, donde ha fallecido el pasado 23 de septiembre. Montero notable, escuchado y estimado por sus colegas, conoc¨ªa la mayor parte de las 1.143 fincas de monter¨ªa -que ¨¦l enumer¨® en uno de sus libros- y de algunos de los cazaderos m¨¢s famosos de la India y de ?frica. Tuvo desde joven una gran vocaci¨®n y una especial destreza para practicar este deporte, pero, ya dominado, descubri¨® una nueva vocaci¨®n: la b¨²squeda del l¨¦xico rural, de las palabras del campo, que, seg¨²n ¨¦l dec¨ªa: "Est¨¢n desapareciendo con la rapidez con que huye una jabal¨ªa, a medida que desaparecen los oficios tradicionales y la radio y la televisi¨®n dejan el habla ramplona y deshuesada", coincidiendo con las tantas veces manifestada por su colega cineg¨¦tico Miguel Delibes.Colaborador de las revistas especializadas -no s¨®lo de Espa?a-, public¨® numerosos libros de t¨ªtulos sabrosos, como Umbr¨ªa y solana, con recuerdos de sus monter¨ªas, y Los serre?os, como as¨ª llamaba a los habitantes de Sierra Morena, empleando los vocablos aut¨¦nticos y la jerga, propia y diferenciada, de los oficios que hasta hace pocos a?os viv¨ªan en y de aquella serran¨ªa: piconeros, cabreros, vaqueros de toros bravos, mineros, apicultores, monteros y reclamistas, esto es, los cazadores con reclamo de perdiz. Hemos de agradecer a Alfonso de Urquijo que, adem¨¢s de su labor como ingeniero, dejara por algunos momentos su rifle o su escopeta y se convierta en cazador de vocablos. Como le dec¨ªa un amigo, haci¨¦ndole sonre¨ªr, "despu¨¦s de todo, el l¨¢piz y la escopeta sirven ambos para apuntar".Los lexic¨®logos profesionales har¨ªan bien en recorrer sus libros, donde encontrar¨¢n palabras que no est¨¢n en ning¨²n diccionario y que representan un afloramiento de veneros profundos de nuestra lengua. Sus compa?eros de caza y los que, sin ser cazadores, fuimos sus amigos, echaremos de menos su cordialidad, su conocimiento del campo y su hombr¨ªa de bien.-
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