Perder las amistades

Acceder a una c¨¢tedra es participar en una prueba en la que hay vencedores y vencidos. "A veces, se acaban perdiendo las amistades", manifiesta Juan Tr¨ªas Bejarano, 60 a?os y catedr¨¢tico de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Complutense desde el curso pasado. Su caso no es de deseo tard¨ªo. Desde 1976 ha intentado en cuatro ocasiones acceder al cuerpo de catedr¨¢ticos. ?A la cuarta va la vencida! "Lo peor", a?ade, "es que los h¨¢bitos permanecen y todo se mueve en el terreno de las intrigas. El car¨¢cter de la prueba sigue siendo traum¨¢tico: hay que competir".Fue un camino salpicado de obst¨¢culos y, durante el viaje, Juan Tr¨ªas no ha podido distinguir si la prueba, en su conjunto, era m¨¢s dificultosa antes o despu¨¦s de entrar en vigor la LRU, en 1983. "Hace 18 a?os, cuando pas¨¦ por la primera oposici¨®n, las l¨ªneas divisorias eran mucho m¨¢s ideol¨®gicas pero, hoy, lo que dominan son las cuestiones de poder, y esto es mucho m¨¢s preocupante. Claro que todo esto forma parte del clima general del pa¨ªs: la ideolog¨ªa cede en favor del poder". Tr¨ªas no puede evitar recordar con la sonrisa en los labios la primera vez que oposit¨®: "Se arm¨® una buena. Los asistentes llamaron fascistas a los miembros del tribunal".

Para las tres primeras convocatorias (1976, 1984 y 1992), la asignatura fue Historia de las Ideas Pol¨ªticas. En 1994, las divisiones y los enfrentamientos en el seno del departamento hicieron que se creara un ¨¢rea nueva: Ciencia Pol¨ªtica, de la que hoy catedr¨¢tico. En las citas con los tribunales de 1976 y 1984 "compet¨ªa con dos compa?eros que hab¨ªan trabajado lo mismo que yo. Lo peor fue la oposici¨®n del 92, totalmente arbitraria porque el otro concursante no se hab¨ªa ocupado nunca de la Historia de las Ideas Pol¨ªticas", dice.