Dos plebeyas en palacio
La boda del pr¨ªncipe heredero con una plebeya ajena a la aristocracia ha sido, por dos veces, un s¨ªmbolo de cambio. Desde que contrajo matrimonio con Akihito, en 1959, Michiko ha pagado un alto precio por ser la primera en encarnar esta renovaci¨®n. Entre otros, tuvo que superar una hostilidad que se asoci¨® a la esposa del emperador Hirohito, Nagako. El resultado fue, en 1963, una grave crisis nerviosa.Treinta a?os m¨¢s tarde, informaciones poco documentadas la presentaron en algunas revistas de gran difusi¨®n como una d¨¦spota caprichosa con excesiva influencia sobre su marido. El 20 de octubre de 1993, d¨ªa en que cumpl¨ªa 59 a?os, emiti¨® un comunicado que expresaba su desagrado por "cr¨ªticas que no se basan en hechos ni en comprobaciones". A partir de ese momento enmudeci¨®. Su silencio fue objeto de toda clase de especulaciones, desde leve apoplej¨ªa hasta voluntaria asunci¨®n de la mudez. Meses despu¨¦s Michiko recuper¨® el habla y ning¨²n medio de comunicaci¨®n ha vuelto a atacarla.
Otra plebeya acaba de abrir una nueva brecha en palacio. Se trata de Masako Owada, convertida en princesa Masako desde que, a sus 29 a?os, contrajo matrimonio con el pr¨ªncipe heredero, Naruhito, y cambi¨® una prometedora carrera como diplom¨¢tica por una sumisi¨®n impuesta por la tradici¨®n y el protocolo.
Estudiante en Mosc¨² y en Boston, dominando seis idiomas, no le habr¨¢ sido f¨¢cil adaptarse al cambio: acostumbrarse, por ejemplo, a no caminar nunca delante de los emperadores ni de su marido o aprender la inclinaci¨®n de sus saludos: 15 grados ante el p¨²blico, 45 ante la imperial pareja. La ense?anza recibida de ancianos preceptores de la Agencia Imperial sobre caligraf¨ªa, poes¨ªa, ritos de la recolecci¨®n del arroz y ceremonial sinto¨ªsta est¨¢ demasiado alejada de las que le permitieron ser int¨¦rprete de George Bush durante su visita a Jap¨®n.
Tal vez porque tem¨ªa al herm¨¦tico mundo imperial fue por lo que se resisti¨® durante a?os a las proposiciones matrimoniales de Naruhito. Algo parecido hizo en su d¨ªa la emperatriz Michiko. Puede que ambas act¨²en ahora como aliadas.
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