Infeliz Cumplea?os
Despu¨¦s de 50 a?os de ayuda al desarrollo, el Banco Mundial recibe m¨¢s varapalos que nunca
Lewis Preston se hab¨ªa imaginado el aniversario de forma muy diferente. Al jefe del Banco Mundial le habr¨ªa gustado ha blar s¨®lo de grandes logros en Madrid, en la reuni¨®n del quincuag¨¦simo aniversario, y recibir felicitaciones por ello. "Hay muchas cosas de las que podemos sentirnos orgullosos", afirma Preston, de 68 a?os. En el Tercer Mundo, el Banco ha ayudado a construir carreteras, hospitales, instalaciones de irrigaci¨®n y embalses, y ha hecho m¨¢s f¨¢cil la vida de muchas personas en ?frica, Asia y Latinoam¨¦rica. Pero Preston no ha podido, celebrarlo en Madrid sin ser molestado. Adem¨¢s de los miles de dignatarios invitados, han venido tambi¨¦n un mont¨®n de hu¨¦spedes no deseados.El Banco Mundial da empleo a unos 7.000 economistas, ingenieros, antrop¨®logos y soci¨®logos. Esta organizaci¨®n de la ONU, en la que participan 177 pa¨ªses, tiene como misi¨®n apoyar a los gobiernos de pa¨ªses pobres con cr¨¦ditos baratos. Pero hace meses que este organismo de ayuda recibe m¨¢s varapalos que nunca. "El Banco ha sido m¨¢s perjudicial que ¨²til", afirma Ross Hammond, miembro de la iniciativa contra el Banco Mundial lanzada en EE UU con el nombre de 50 a?os bastan. Harninond habla en nombre de cinco millones de miembros.
Uno de los luchadores de vanguardia contra el Banco Mundial es el abogado y ecologista de Washington Bruce Rich, un ex asesor del Banco. Ha reunido todos sus conocimientos en un libro, Mortgaging the Earth (Hipotecar la Tierra). Seg¨²n Rich, el Banco Mundial, con sus proyectos fara¨®nicos, no s¨®lo hizo bien al Tercer Mundo, sino que tambi¨¦n "caus¨® graves da?os humanos y ecol¨®gicos". Habr¨ªa sido mejor enterrar el dinero empleado en el Tercer Mundo, dice.
A Preston y sus colaboradores no les hacen gracia esas observaciones mal¨¦volas. Consideran que los 300.000 millones de d¨®lares que han concedido hasta ahora en m¨¢s de 6.000 proyectos han sido una buena inversi¨®n. Este mismo a?o, la organizaci¨®n decidi¨® participar en un programa de desarrollo por un total de 2.400 millones de d¨®lares para Cisjordania y Gaza, en Oriente Pr¨®ximo. El Banco Mundial acaba de aportar 500 millones de d¨®lares para mejorar la producci¨®n de petr¨®leo en Rusia, y en los ¨²ltimos tiempos se destinaron 450 millones de d¨®lares a empresas polacas.
Los adversarios del Banco lo atacan intensamente porque afirman que en el pasado no tuvo suficientemente en cuenta la naturaleza y las personas. En Brasil, India o Tailandia colabor¨® en la financiaci¨®n de enormes embalses que inundaron campos, pueblos y ciudades y que entre 1986 y 1993 convirtieron a unos 2,5 millones de personas en refugiados medioambientales.
Por ejemplo, el Banco Mundial particip¨® en el proyecto de la presa Narmada, en India, iniciado a finales de los a?os setenta, cuyo coste total superar¨¢ los 11.000 millones de d¨®lares. Los expertos en desarrollo de Washington necesitaron 15 a?os para darse cuenta de que la presa fara¨®nica es un grave atentado contra el medio ambiente; hace un a?o abandonaron el proyecto.
El Banco Mundial tambi¨¦n apoy¨® en Brasil un proyecto gigante supuestamente hist¨®rico que tuvo consecuencias catastr¨®ficas. El Banco contribuy¨® con 500 millones de d¨®lares a abrir una carretera por la selva. La consecuencia fue que los colonos que se adentraron en el bosque quemaron la selva a una escala tan grande que los da?os resultaron incluso visibles desde el espacio y amenazaron con modificar el clima mundial.
"Hace tiempo que esos proyectos son historia" se defiende inquieto el presidente del Banco. "Hoy ya no cometer¨ªamos esos errores". Preston, que hasta 1989 fue jefe del prestigioso banco de Wall Street JP Morgan, reconoce no entender mucho de pol¨ªtica de desarrollo. Pero subraya que en la actualidad hay 300 expertos en ecolog¨ªa en el Banco Mundial: antes eran tres. "Algunas cr¨ªticas estaban justificadas", afirma el portavoz del Banco Mundial Tim Cullen. "Pero si mediante una presa ayudamos a suministrar electricidad a las personas, tambi¨¦n estamos haciendo algo por su bienestar y su esperanza de vida".
Pero todav¨ªa hoy siguen fracasando en ?frica, Latinoam¨¦rica o Asia costosos proyectos de desarrollo. Arrojan a los pa¨ªses receptores a un endeudamiento enorme, son demasiado complica0os t¨¦cnicamente o se ven rechazados por la poblaci¨®n afectada. Tras una investigaci¨®n interna, el Banco tuvo incluso que reconocer que sus resultados hab¨ªan empeorado. En 1981, el 15% de los proyectos en el Tercer Mundo no tuvo el ¨¦xito previsto, mientras que 10 a?os despu¨¦s fracas¨® el 37,5% de los mismos. En las actuaciones agr¨ªcolas, la tasa de fracasos es a¨²n mayor. "Hay motivos de preocupaci¨®n afirm¨® en junio de 1992 Willi Wapenhans, que como vicepresidente del Banco Mundial dirigi¨® el abrumador examen de la organizaci¨®n.
Inseguro por la cr¨ªtica
Sin embargo, el organismo internacional puede considerar que ha tenido ¨¦xito. Los resultados econ¨®micos del Banco son maravillosos: en los ¨²ltimos 10 a?os obtuvo de forma regular un super¨¢vit por encima de los 1.000 millones de d¨®lares. Con el paso del tiempo ha acumulado unas reservas de unos 16.000 millones de d¨®lares.
Pero, al contrario de lo que ocurre en cualquier caja de ahorros provincial, hasta ahora casi nadie se preocupaba en el Banco Mundial si el dinero se prestaba para fines razonables. Hasta el momento, se consideraba que un colaborador eficaz era el que conced¨ªa muchos cr¨¦ditos. "Pondr¨¦ m¨¢s ¨¦nfasis en la realizaci¨®n de proyectos", promete el presidente del Banco Mundial, que se siente inseguro por la cr¨ªtica masiva. Preston tendr¨¢ dificultades. El Banco no tiene pr¨¢cticamente ninguna posibilidad de controlar sus proyectos. Faltan expertos financieros que puedan comprobar si la utilizaci¨®n de todos esos millones tiene sentido econ¨®micamente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.