Guerra de guerrillas
EL PLAZO de reflexi¨®n que la direcci¨®n del PSOE se dio a s¨ª misma para resolver por v¨ªa negociadora el conflicto surgido en Huelva no ha producido acuerdo alguno, y la cosa se ha decidido a votos, algo que antes s¨®lo hab¨ªa ocurrido con ocasi¨®n de la designaci¨®n de Solchaga como presidente del grupo parlamentario. La diferencia es que entonces, antes del ¨²ltimo congreso, el resultado fue muy apretado, 12 a 10, y ahora ha sido bastante holgado: 20 contra 10. Pero que la batalla haya llegado a la ejecutiva, y que ¨¦sta haya sido incapaz de ponerse de acuerdo sobre un problema organizativo relativamente secundario, revela una situaci¨®n de ruptura latente que podr¨ªa activarse en caso de derrota electoral.Uno de cada cuatro miembros del PSOE es andaluz. Con 90.000 afiliados, la organizaci¨®n andaluza no s¨®lo es la m¨¢s numerosa, sino aquella en la que existe un mayor equilibrio entre guerristas y renovadores. De ah¨ª el encarnizamiento con que los contendientes disputan cada plaza, y de ah¨ª tambi¨¦n la implicaci¨®n de la direcci¨®n nacional en el asunto. Se ha o¨ªdo hablar de credenciales, comisi¨®n de garant¨ªas, incluso de un eventual recurso ante los tribunales de justicia; pero nada, o apenas, de las (eventuales) divergencias pol¨ªticas que separan a los dos sectores.
?se ha sido el motivo de que Felipe Gonz¨¢lez quitara importancia al episodio, afirmando que no hab¨ªa un proyecto alternativo. Tal vez, pero ayer mismo se publicaban unas declaraciones de la ex ministra Matilde Fern¨¢ndez en las que afirmaba: "Si perdemos el poder, los neoliberales se ir¨¢n de este partido". Esa perspectiva es contemplada con esperanza, m¨¢s que con preocupaci¨®n, por el guerrismo; y que no disponga hoy de una alternativa ya ni siquiera en pol¨ªtica de alianzas, dada la actitud de Anguita- no significa que no -pueda tenerla a posteriori: -la experiencia indica que las diferencias pol¨ªticas suelen ser m¨¢s la consecuencia que la causa de las rupturas organizativas. Incluso suelen exagerarse esas diferencias, una vez producida la ruptura, para demostrar, o hacer ver, que los motivos de la misma eran profundos y nobles, y no s¨®lo de poder o personales.
De ah¨ª que al guerrismo le deje relativamente. fr¨ªo el argumento de que una agudizaci¨®n de las divergencias internas podr¨ªa provocar la ca¨ªda del Gobierno y una convocatoria adelantada de elecciones como ha advertido Pujol y glosado Aznar. Eso no es necesariamente una desgracia para quienes dif¨ªcilmente volver¨¢n a disfrutar de la influencia de anta?o sin mediar una derrota electoral que los convierta en el primer partido... de la oposici¨®n.
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