Jesul¨ªn de Ubrique, torero preferido del p¨²blico

El gusto por las corridas de toros ha aumentado ligeramente en los ¨²ltimos a?os, y Jesul¨ªn de Ubrique es el torero preferido por el p¨²blico, seg¨²n la encuesta de oto?o hecha por Demoscopia para EL PA?S. Hay otros datos reveladores: la mitad de los espa?oles encuestados (51%) opina que la fiesta taurina constituye parte importante de las tradiciones de Espa?a, y debe conservarse, mientras uno de cada cinco (20%) preferir¨ªa que se prohibiese y al resto le resulta indiferente. El sondeo se?ala tambi¨¦n que son m¨¢s aficionadas las personas mayores que las j¨®venes.

Posiblemente si esta encuesta Se hubiese hecho en los albores de la fiesta o en la llamada edad de oro del toreo (la de Joselito y Belmonte, en la segunda d¨¦cada del presente siglo), los porcentajes habr¨ªan sido similares. Hay una constante en este espect¨¢culo a trav¨¦s de la historia: mientras a una buena parte de los espa?oles les apasionaba, otros lo aborrec¨ªan; mientras unos disfrutaban con la emoci¨®n y la est¨¦tica del espect¨¢culo, otros lo consideraba ¨¦ticamente reprobable.Las mismas pautas, que recoge la encuesta de Demoscopia sobre preferencias en funci¨®n de la edad del p¨²blico mantienen aquella constancia: son m¨¢s aficionadas las personas mayores que los j¨®venes, se?ala la encuesta. Y lo cierto es que as¨ª fue siempre. La afici¨®n se despertaba en la infancia, se manten¨ªa en la adolescencia, y luego los j¨®venes se desentend¨ªan de la fiesta pues prefer¨ªan otras aficiones y ocupaciones propias de su edad pero, volv¨ªan a ir a los toros cuando se estabilizaban social y profesionalmente .

Efecto de la televisi¨®n

Un importante elemento corrector ha entrado, sin embargo, en la evoluci¨®n de la fiesta: la televisi¨®n. Entre los encuestados, un 13% dice que asisti¨® a alguna corrida en el verano, mientras un 46% vio corridas de toros por televisi¨®n. De donde el gusto por el espect¨¢culo y las preferencias por los toreros que declaran los encuestados ¨²nicamente se entender¨ªan correctamente teniendo en cuenta la influencia que ejerce la televisi¨®n. Es probable que una parte significativa de ellos s¨®lo conozca la fiesta de toros a trav¨¦s de este medio, y en tal caso sus opiniones estar¨¢n en funci¨®n de lo que han visto en las corridas televisadas, de los juicios de valor de los comentaristas -generalmente de un triunfalismo desaforado- y de las apariciones de los toreros en otros espacios televisados.La hegemon¨ªa de Jesul¨ªn de Ubrique en el aprecio del p¨²blico es irrebatible seg¨²n la encuesta -un 35%, seguido a gran distancia por Espartaco, con un 14%, y ¨¦ste por Enrique Ponce, con un 6%-, y en cambio los aficionados que acuden con asiduidad a las corridas de toros saben que no se da en las plazas ni la misma valoraci¨®n ni por ese orden. Al propio Espartaco lo consideran muchos aficionados figura m¨¢xima, mientras otros dan ese puesto a Ponce o a Joselito, quien ni siquiera merece una menci¨®n significativa de los encuestados.

Demoscopia refleja la alteraci¨®n de preferencias seg¨²n se trate de p¨²blico que ha ido a ver corridas y los que s¨®lo las siguen por televisi¨®n, que afecta a todos los toreros, con la ¨²nica excepci¨®n de Jesul¨ªn de Ubrique, que permanece en cabeza de manera inequ¨ªvoca. As¨ª, Espartaco, El Cordob¨¦s y Ortega Cano pierden puntos entre quienes asisten a las corridas, en tanto ganan Joselito, Litri, Ponce y Curro Romero.Las preferencias por los distintos estilos tambi¨¦n son significativas: el no convencional de Jesul¨ªn o Manuel D¨ªaz El Cordob¨¦s, va en cabeza para el 5 1 % de los aficionados, que es el 19% de los espa?oles; le sigue el toreo cl¨¢sico -tipo Ortega Cano o C¨¦sar Rinc¨®n- con el 32% de los aficionados y 12% de los espa?oles, y luego el estilista -a la manera de Rafael de Paula o Curro Romero- con el 11% de los aficionados y 4% de los espa?oles. La denominaci¨®n "aficionado" la aplica Demoscopia a quienes gustan de la fiesta, aunque en la terminolog¨ªa taurina aficionado s¨®lo es el que asiste a todas las corridas, tiene amplio conocimiento de la tauromaquia y entiende la lidia de las reses bravas.