Claudia Schiffer paraliza Francfort

ENVIADA ESPECIALLa modelo Claudia Schiffer pas¨® ayer como un rayo veloz y brillante por la Feria Internacional del Libro de Francfort y autom¨¢ticamente eclips¨® a la otra estrella, Umberto Eco, que estos d¨ªas presenta la edici¨®n italiana de su tercera novela, La isla del d¨ªa anterior.

La feria registraba un tr¨¢fico normal; los editores catalanes daban una copa de cava, en su caseta. Los otros, cada uno a su negocio. De repente empez¨® una deserci¨®n masiva de editores, que formaron una aut¨¦ntica riada por los largos pasillos de la feria. ?Qu¨¦ pasa? ?Qui¨¦n est¨¢ ah¨ª? Claudia Schiffer, corri¨® la voz como un reguero de p¨®lvora, y m¨¢s y m¨¢s gente se sum¨® a la larga cola para ver de cerca a la m¨¢s guapa, la m¨¢s alta y la m¨¢s rubia.

Claudia tiene libro, Memorias y confidencias, que promociona la editorial francesa Hachette. "So?aba con ser m¨¢s peque?a, menos alta. Ahora, todo lo que no me gustaba en m¨ª se ha acabado convirtiendo en mi trabajo", as¨ª comienza el texto, que en el libro es lo de menos. Lo de m¨¢s son las fotos. Espl¨¦ndidas, en su mayor¨ªa realizadas por el fot¨®grafo Karl Lagerfeld. Pero las hay tambi¨¦n de todas las etapas de la vida de esta modelo mundialmente conocida: Claudia, un beb¨¦ risue?o; Claudia, una ni?a encantadoramente rubia; Claudia, una fant¨¢stica mujer... Todas las im¨¢genes posibles de la mujer que m¨¢s portadas ocupa en todas las revistas del mundo. Tal fue el impacto que caus¨® la modelo que una hora despu¨¦s de que se marchara a almorzar con sus editores franceses a¨²n hab¨ªa fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n tomando im¨¢genes de las hermosas fotos.

Luego se confirm¨®: los editores corrieron en tropel, no porque quisieran contratar el libro, sino para ver a Claudia. "Es demasiado alta, est¨¢ demasiado delgada", coincidieron las editoras. "Qu¨¦ va, tiene todo lo que hay que tener y te aseguro que no es un puro hueso", rebatieron los editores. Lo dicho. Schiffer consigui¨® lo que no logr¨® Eco: alterar la Feria de Francfort.

Pasado el furor de la persecuci¨®n, cada uno volvi¨® a lo suyo. Entre los espa?oles, la fiesta de Tusquets y Anagrama, una vez m¨¢s para celebrar sus 25 a?os, volvi¨® a ocupar la mayor¨ªa de las conversaciones. Se celebr¨® en un c¨¦ntrico hotel de Francfort en la tarde-noche del martes. Todo el mundo se divirti¨® mucho, pero fue una aut¨¦ntica lucha a brazo partido para hacerse con una croqueta, un canap¨¦ o una copa de vino. La mayor¨ªa de invitados, editores de ambos lados del Atl¨¢ntico, se quedaron a dos velas. Los anfitriones esperaban a 150 comensales y se presentaron por sorpresa m¨¢s de 300. El doble de lo previsto. Muchos de ellos ven¨ªan de la fiesta de Eco, desde luego, mucho menos concurrida, afirmaron todos, pero en la que hubo, eso s¨ª, mucha m¨¢s comida. Todo Francfort estuvo con Jorge Herralde, Beatriz de Moura y Antonio L¨®pez Lamadrid. "Ayer [por anteayer] cenamos dos veces", dec¨ªan unos.. "No", dijeron los otros, "?no te acuerdas de que ayer despu¨¦s, muy tarde, nos encontramos todos en los restaurantes? S¨®lo cenamos una vez, en la fiesta hablamos mucho y nos re¨ªmos mucho, pero de cenar, nada de nada".