La falta de remate entierra al Madrid B

El Real Madrid no le dur¨® ni media hora al Barcelona en el Miniestadi. La efectividad del grupo de Quique Costas fue aplastante en el primer tiempo, pues convirti¨® sus tres primeros remates en gol. El colectivo de Rafael Ben¨ªtez, en cambio, desaprovech¨® una prometedora salida. Hurg¨® en los flancos azulgrana para meter dos balones de gol, que Dani desperdici¨® en el remate. Los errores permitieron que los locales sentenciaran de forma r¨¢pida.Fue el azulgrana un cuadro mucho m¨¢s curtido. Costas pudo contar esta vez, adem¨¢s del ruso Korneiev, con Luis y Jordi Cruyff, dos futbolistas que han trabajado un mes seguido con el primer equipo. Ben¨ªtez, en cambio, tuvo que plantar en la cancha un equipo mucho mas inexperto, por las bajas de jugadores del peso de Sandro, Marcos o Jovicevic.

La precariedad madridista fue trascendental. El Bar?a tuvo siempre el mando del choque. Movido por Iv¨¢n de la Pe?a, un futbolista que apunta grandes cualidades, el colectivo barcelonista realiz¨® un juego f¨¢cil y al primer toque.

Ofreci¨® el Barcelona un rondo de primera calidad que no pudo ser replicado por el Madrid, faIto de un organizador. El bal¨®n corri¨® siempre por la cancha blanca con criterio y el filial fue una copia del mejor Barcelona del a?o pasado. En el segundo tiempo el partido baj¨® de tono, de ritmo y de vistosidad. La inseguridad que mostr¨® el portero barcelonista Angoy en un par de bloqueos despert¨® al Madrid. El equipo blanco se asom¨® algo m¨¢s en ataque, propiciando el f¨²tbol de contraataque azulgrana. Fue as¨ª como lleg¨® la puntilla, con un segundo gol en la cuenta de Jordi Cruyff.

El Madrid mereci¨® un mejor marcador por las opciones de gol que fabric¨®. Los delanteros blancos, sin embargo, fallaron remates claros a quemarropa. La salida de Velasco reanim¨® al Madrid. Un gol a la salida de un c¨®rner cambi¨® un poco el rictus del equipo forastero. Angoy estuvo entonces seguro en un par de disparos consecutivos de los delanteros visitantes. El Madrid se animaba, pero era demasiado tarde. El Barcelona se ech¨® muy atr¨¢s e intent¨® parar el partido con algunas acciones. Se produjeron entonces algunos escarceos entre uno y otro equipo que el colegiado no supo frenar Los balones a¨¦reos fueron la principal amenaza del grupo visitante. No acertaron los zagueros barcelonistas a controlar el juego del rival con trario y acabaron en manos de un rival que, en cualquier caso, result¨® indolente tanto en defensa como y en ataque.