Al margen de la ley
LA POSIBLE compra de un gran paquete de acciones de Tele 5 por parte de la cadena de televisi¨®n mexicana Televisa (noticia que algunos han publicado envuelta en nuevas fantas¨ªas sobre nuestra casa) plantea un hecho de extrema gravedad: la probable detentaci¨®n, en contra de lo permitido legalmente, de casi el 90% de dicha empresa espa?ola por el actual presidente del Gobierno de Italia, Silvio Berlusconi, y el eventual traspaso de esa propiedad, construida sobre un fraude de ley, a quien durante a?os ha disfrutado del monopolio de la televisi¨®n privada en M¨¦xico.Felipe Gonz¨¢lez present¨® el viernes, con gran aparato propagand¨ªstico, la nueva frontera de las telecomunicaciones que deber¨ªa poner a este pa¨ªs en la senda del futuro en un sector de desarrollo tan crucial y estrat¨¦gico como ¨¦se. S¨®lo escepticismo podemos expresar ante sus palabras tras la comprobaci¨®n de la torpeza con que el Gobierno socialista ha manejado el mapa audiovisual espa?ol. Cinco a?os despu¨¦s de las concesiones de las licencias de televisi¨®n privada, dos de las adjudicatarias est¨¢n en serios apuros econ¨®micos, que les han abocado a la venta. Ninguna de ambas cadenas cumple los l¨ªmites de la ley en lo que respecta a la propiedad (m¨¢ximo del 25% para cada accionista), y no existen en el panorama espa?ol grupos industriales o de comunicaci¨®n capaces de optar a la adquisici¨®n de esas televisiones.
Que el propietario (hasta el extremo del 80% o 90%) de una de esas cadenas sea el presidente del Gobierno italiano, para lo que ha debido cometer varias ilegalidades que, de comprobarse, podr¨ªan suponer la inmediata p¨¦rdida de la licencia, es algo m¨¢s que preocupante. Aunque jur¨ªdicamente pretenda disfrazarse la situaci¨®n a trav¨¦s de fiducias o testaferros, lo que el mercado sabe es que hay un solo vendedor de la pr¨¢ctica totalidad de Tele 5 (un 10% permanecer¨ªa bajo control de Banesto, que posee tambi¨¦n, intereses en Antena 3).
El anunciado comprador, Emilio Azc¨¢rraga, dirige un imperio televisivo en M¨¦xico, y Televisa ha sido bajo su mandato un ejemplo de desprecio a la libertad de expresi¨®n. Tan es as¨ª, que el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos estuvo en peligro de naufragio al comprobar el Congreso norteamericano que las opiniones cr¨ªticas en contra del acuerdo eran sistem¨¢ticamente silenciadas por la televisi¨®n de Azc¨¢rraga.
El Gobierno de Madrid, tan puntilloso en la redacci¨®n de leyes y decretos que limitan las posibilidades de los grupos y ciudadanos espa?oles a la hora de crecer en el sector audiovisual, ha contemplado con una facundia culpable c¨®mo el se?or Berlusconi acumulaba poder y p¨¦rdidas en Tele 5, y todav¨ªa no ha dicho nada de la transacci¨®n anunciada. Pero tendr¨¢ que hacerlo, porque las transmisiones de acciones entre propietarios de cadenas de televisi¨®n est¨¢n sujetas a autorizaci¨®n administrativa.
Que un gobernante italiano considere la ley como un simple consejo indicativo y se dedique a burlarla con contumacia no es algo nuevo para nadie. Que lo haga impunemente en un pa¨ªs extranjero, aliado y amigo, sin que las autoridades tomen cartas en el asunto, o es fruto de la complicidad o de la ineptitud. El Gobierno debe investigar de una vez las acusaciones de fiducias e irregularidades en Tele 5, y el Parlamento y las fuerzas pol¨ªticas deben intervenir.
Es preciso dilucidar si Berlusconi ha burlado la ley, y si pretende seguir haci¨¦ndolo mediante la venta a alguien de las propias fiducias que han hecho posible su control casi total de Tele 5. Hay que recordar que los extranjeros no pertenecientes a la, Uni¨®n Europea no pueden poseer en conjunto m¨¢s de un 25% de una cadena y que en ning¨²n caso ning¨²n accionista puede rebasar ese l¨ªmite.
El modelo audiovisual espa?ol necesita una respuesta l¨²cida y decidida por parte de nuestras autoridades. La quiebra econ¨®mica y de credibilidad de las televisiones se debe en gran parte a la ignorancia culpable de legisladores y administradores en este terreno. Los intereses particulares, las pasiones electorales y la cortedad de miras de los bur¨®cratas han logrado engendrar un verdadero monstruo en todos los aspectos. Pero antes de tratar de resolver el caos -si sabe, puede y quiere-, el Gobierno debe impedir que se acreciente. La venta de Tele 5 es un buen momento para comenzar a hacerlo.
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