El presidente 't¨ªtere' de Hait¨ª dimite poco antes del exilio de Raoul C¨¦dras
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El presidente constitucional de Hait¨ª, Jean Bertrand Aristide, pidi¨® ayer al Gobierno de Panam¨¢ que reciba como exilado al general Raoul. C¨¦dras, con lo que despeja un escollo pol¨ªtico y cumple una de las exigencias de las autoridades del pa¨ªs centroamericano para dar cobijo al golpista. Un avi¨®n estadounidense se halla en el aeropuerto de la capital haitiana, cargando pacientemente los numerosos enseres de los militares y sus familias, en espera de que se solucionen los ¨²ltimos flecos de una larga negociaci¨®n. ,"Se ir¨¢n juntos, al mismo pa¨ªs, en uno o dos d¨ªas", asegur¨® ayer el portavoz de la Embajada de EE UU en Hait¨ª, Stanley Schrager. Desde Panam¨¢, C¨¦dras y su mujer, la influyente Yanick Prosper, podr¨ªan manejar, apoyados en la comodidad geogr¨¢fica, sus muchos negocios caribe?os.En la calle, mientras, han comenzado los preparativos para la vuelta de Aristide. Miles de hombres y mujeres se afanan por pulir las destartaladas aceras con escobas artesanales. La basura de la avenida Des Salines, una de las zonas m¨¢s pobres de Puerto Pr¨ªncipe, comienza a desaparecer. Otros hombres, encaramados como lapas en edificios p¨²blicos, limpian ventanas y dan lustre a fachadas descorchadas. O cortan maleza y ramas muertas de la plaza de los Campos de Marte, frente al palacio, desde donde Aristide pronunciar¨¢ el s¨¢bado su primer gran discurso de regreso.
Fuerza contra fuerza
La Conferencia Episcopal haitiana, conservadora y ajena al cambio que se est¨¢ viviendo, ha hecho p¨²blico un sorprendente comunicado en el que critica la ocupaci¨®n norteamericana. "Hait¨ª ya no es una naci¨®n libre y soberana; est¨¢ bajo la tutela de la comunidad internacional". Y a?ade que una fuerza militar ha sustituido a otra fuerza militar "para perpetuar el sufrimiento del pueblo haitiano".
El Gobierno leg¨ªtimo del primer ministro dimisionario, Robert Malval, nombrado por Jean Bertrand Aristide en agosto de 1993 al amparo de los acuerdos de la Isla del Gobernador, comenz¨® a trabajar ayer, protegido por decenas de soldados estadounidenses.
El puesto de primer ministro se ha convertido en objeto de una sorda pugna que permitir¨¢ despejar la inc¨®gnita de cu¨¢l es el grado de libertad pol¨ªtica que va a disfrutar Aristide bajo la ocupaci¨®n norteamericana.
EE UU no oculta su favoritismo por Malval, quien s¨®lo desea servir de puente y marcharse a su casa. Las relaciones entre Aristide y Malval han sufrido altibajos. En diciembre de 1993, por ejemplo, Malval remiti¨® a Aristide una dura carta. en la que le acusaba sin rodeos de no querer regresar a Hait¨ª mientras que ¨¦l y sus ministros se jugaban la vida a diario, cara a cara, con el r¨¦gimen militar. Para Washington, Malval es el contrapeso ideal al populismo de Aristide. Las alternativas a Malval, que es tambi¨¦n el preferido de la clase adinerada, son:
1. Jean Marie Cherezal, ministro de Planificaci¨®n, cuyo principal m¨¦rito es su procedencia: Puerto Salud, el pueblo de Aristide. Cherezal ya fue el hombre fuerte antes del golpe de Estado.
2. Ren¨¦ Pr¨¦val, quien ya ocup¨® el cargo de primer ministro en 199 1. Est¨¢ considerado el hombre m¨¢s fiel a Aristide. Pero la burgues¨ªa le detesta, pues lo considera otro populista radical.
3. Jean Casimir, actual embajador haitiano en Estados Unidos y ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos, podr¨ªa transformarse en un segunda alternativa aceptable para EE UU si fracas¨¢ la de Malval..
4. Ren¨¦ Bernardin, quien presume de ser amigo de Muammar el Gadafi. No parece que su c¨ªrculo de amistades sea el m¨¢s apropiado en estos momentos.
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