Jesul¨ªn da la vuelta a la tortilla

En el toreo, una cosa es eso que llaman la tortilla y otra, en el sentido figurado, darle la vuelta. Jesul¨ªn hizo esta vez las dos cosas. De la primera no vale la pena ni hablar, pero en cuanto a lo segundo hay que decir que el de Ubrique lo ten¨ªa mal en Zaragoza, despu¨¦s del fiasco del d¨ªa anterior. Y esta vez las cosas, aunque acabaron triunfalmente, no comenzaron bien, primero porque la prevista corrida de Marcos N¨²?ez fue desechada y luego porque el primer Sep¨²lveda que le toc¨® fue muy protestado por su presencia y flojedad, pero como el animalito ten¨ªa nobleza y Jesul¨ªn lo cuid¨® con mimo y temple, tore¨¢ndolo a media altura, tortilla y norias incluidas, pues hasta pudo cortarle una oreja, aun sin convencer a todo el mundo.

S¨ª que lo hizo en el quinto, un toro desconcertante, que cambi¨® durante la lidia, porque se fren¨® de salida y manse¨® en varas, pero fue a m¨¢s y acab¨® embistiendo incansable y con fiereza. Jesul¨ªn le hizo una faena de gran vibraci¨®n, primero toreando por ambos pitones con quietud y temple y luego adorn¨¢ndose con sus alardes. Se supone que el torero se habr¨¢ dado cuenta de que ¨¦ste su gran ¨¦xito en Zaragoza lo ha obtenido con el toro m¨¢s serio de los cinco que ha matado en la feria. Hay que decir tambi¨¦n que el presidente, culminando una actuaci¨®n un tanto deplorable (hab¨ªa regalado dos orejas en los primeros toros), orden¨® la vuelta al ruedo a una res cuyo comportamiento queda rese?ado.

Ni?o de la Taurina estuvo un poco en plan de comparsa, con voluntad y momentos de m¨¦rito, pero con poco acoplamiento con sus toros. En cambio, El Tato se subi¨® al carro del ¨¦xito y estuvo, incluso sin serlo todav¨ªa, en figura. Tore¨® con hondura, pl¨¢stica y verdad, llevando muy bien al toro y arriesgando cuando deb¨ªa, nunca con aspavientos y s¨ª con mucha autenticidad y torer¨ªa.