Se dio
Los aficionados estaban convencidos de que no se iba a dar, pero la dieron: a la hora en punto, previo acondicionamiento del ruedo para dejarlo enjuto en lo posible tras el torment¨®n que hab¨ªa ca¨ªdo sobre Madrid. Menudo disgusto ten¨ªan los aficionados con la lluvia. Los aficionados quieren ir a los toros y ya ven llegar como t¨¦trica noche la larga invernada que les ha de privar de su pasi¨®n primera. Es lo que ocurre cada temporada: pega el cerrojazo Las Ventas, y se queda la afici¨®n desolada, pregunt¨¢ndose: ?Y ahora qu¨¦ hacemos?Los aficionados, aparte sus ocupaciones de la vida civil, lo que hacen cada invernada es leer el Coss¨ªo, de manera que cada a?o son m¨¢s sabios y cuando empieza la temporada siguiente dicen, cargados de raz¨®n: "?El toro de cinco y el torero de veinticinco!", sin que nadie les haga caso, naturalmente.
Moreno / Ruiz, G¨®mez, Gonz¨¢lez
Novillos de Alonso Moreno (tres devueltos), varios sospechosos de pitones, inv¨¢lidos. Sobreros: dos de Julio de la Puerta, bien presentados, 2? inv¨¢lido, 3? bravuc¨®n; 6? de Palomo Linares, bien presentado, manejable.Ruiz Manuel: pinchazo y estocada corta trasera (ovaci¨®n y salida al tercio); dos pinchazos bajos, otro hondo -aviso- y dos descabellos (silencio). Andr¨¦s G¨®mez: bajonazo descarado (escasa petici¨®n, palmas y tambi¨¦n pitos cuando saluda); media ca¨ªda y rueda de peones (palmas). ?scar Gonz¨¢lez: estocada trasera, capoteo de peones, descabello y se echa el novillo (escala petici¨®n, aplausos y tambi¨¦n protestas cuando saluda); estocada trasera (aplausos). Los dos ¨²ltimos de Segovia, nuevos. Plaza de Las Ventas, 19 de octubre. Media entrada.
As¨ª que estaba la afici¨®n consternada, parec¨ªa que el cielo mandaba agua a mala idea, llov¨ªa m¨¢s que cuando enterraron a Zafra. Pero la empresa vente?a, dispuso que la novillada se diese. Y se di¨®. Ol¨¦ la empresa. Desde que se hizo cargo de Las Ventas la empresa llamada Toresma, la afici¨®n tiene todas las garant¨ªas de que la corrida anunciada se dar¨¢, salvo casos de imposibilidad manifiesta. A sus antecesores les bastaban cuatro gotas -a veces ca¨ªdas la tarde anterior- para suspender, mientras los actuales socios sacan el paraguas, pisan el ruedo encharcado, mandan echar serr¨ªn donde proceda, y ?adelante con los faroles!
Lo malo es que, conclu¨ªdo el despeje, todo cuanto sigui¨® en la tarde tormentosa no vali¨® un duro. Exactamente: ni un duro. Porque los novillos parec¨ªan, beodos o quien sabe si drogadictos. Sal¨ªan los novillos, trotaban un poco ruedo a trav¨¦s, y rodaban por la arena. La afici¨®n, -el p¨²blico en general y los asombrados japoneses protestaban -cada cual en su idioma- y el presidente, que era Marcelino Moronta, hizo una especie de juicio salom¨®nico: devolvi¨® tres, los otros tres no los devolvi¨®.
La verdad es que le pusieron en un compromiso al presidente, pues si se le ocurre enviar a los corrales todos los inv¨¢lidos, no hay novillada, y entonces habr¨ªa dado lo mismo que la suspendieran por lluvia. He aqu¨ª, pues, otro aspecto de la fiesta digno de meditaci¨®n para la larga invernada: ?Qu¨¦ es mejor en caso de inv¨¢lidos? ?Darla o suspenderla?
Los aficionados ya tienen la respuesta: sin ninguna duda, suspensi¨®n; antes la. renuncia que el oprobio. Porque, aparte el aburrimiento, la autenticidad hollada deval¨²a a los toreros y denigra la propia fiesta. Ruiz Manuel le hizo toreo de calidad al novillo que abri¨® plaza cuando ¨¦ste consegu¨ªa embestir, y al otro, que se limitaba a topar -eso,o ca¨ªa redondo- no pudo darle ni un pase. Alfredo G¨®mez apunt¨® un toreo de buena escuela, reposado y cl¨¢sico;s¨®lo apunt¨®, ya que las embestidas de sus novillos se reduc¨ªan tambi¨¦n a someros apuntes entre batacazos, Oscar Gonz¨¢lez mostr¨® el toreo de plazas de talanqueras -bullicioso, corret¨®n, posturas forzadas- y banderille¨® a toro pasado, sin arte, acierto, ni reuni¨®n.
Ruiz, G¨®mez, Gonz¨¢lez... Hay un tipo de aficionados que estos carteles sin nombrad¨ªa no los ver¨¢n jam¨¢s, ya que s¨®lo van a los toros durante la feria. La afici¨®n verdadera, en cambio, la de toda la vida, tiene convertida Las Ventas en su segundo hogar y va all¨¢ todos los domingos, as¨ª toreen Pel¨¦ y Mel¨¦, sea oto?o y est¨¦n cayendo chuzos de punta.
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