"S¨®lo he ido al centro de la ciudad un par de veces"
Tras el entrenamiento, los periodistas deportivos se reparten el equipo, formando un ordenado remolino en torno al protagonista de sus cr¨®nicas. Son la envidia de quienes, afuera, corean con salvas y hasta flashes la salida de sus ¨ªdolos. El paso de Michael Laudrup (Dinamarca, 1964) camino de su coche no consigue ser fugaz. El entusiasmo raya en el paroxismo, y ese pedazo de Ciudad Deportiva podr¨ªa pasar por el Dorothy Chandler Pavillion en una noche de los Oscar. Aunque lo intenta, Laudrup no consigue zafarse de sus incondicionales, que hincados en la valla protectora dejan de respirar a cambio de un aut¨®grafo. Es, posiblemente, el mejor jugador de la Primera Divisi¨®n y el que peor se ha entendido con su ex entrenador Johan Cruyff.Pregunta. ?Qu¨¦ porcentaje de p¨²blico corea su virtuosismo y cu¨¢ntos su atractivo sexual?
Respuesta. No lo s¨¦ ni creo que deba preocuparme. Esas personas son, lo primero, seguidores del Real Madrid. Me quieren a m¨ª igual que a los dem¨¢s jugadores.
P. Mientras, los seguidores del Bar?a le echan much¨ªsimo de menos.
R. Lo agradezco, pero las personas pasan y los equipos quedan. En el Barcelona hay otros muchos jugadores y yo estoy aqu¨ª dispuesto a vivir el presente; ¨¦sa es la ¨²nica verdad.
P. Pero no le perdonan a Johan Cruyff haber permitido su traspaso. ?Usted le guarda rencor?
R. No, ni siquiera hablo de ¨¦l, y si lo hiciera tendr¨ªa tantas cosas malas como buenas que contar. Insisto, soy una persona con muy poco apego al pasado. Ahora, lo que me interesa es el Real Madrid.
P. Sueldos de 60 millones por temporada, fichas de 220... ?Se duerme bien sabiendo que se vale tanto?
R. Si duermo de maravilla es precisamente porque no lo pienso. Ser¨ªa terrible. Los futbolistas debemos preocuparnos tan s¨®lo por jugar bien, por ganar, aunque s¨¦ perfectamente d¨®nde me muevo. En el f¨²tbol estamos acostumbrados a ignorar muchas de las cosas que nos rodean.
P. ?Tiene asegurada alguna parte de su cuerpo?
R. Eso s¨ª, porque nunca se sabe lo que puede ocurrir. Mientras est¨¢s en lo m¨¢s alto, todo son mimos, todo el mundo te trata bien, pero el d¨ªa en que no sirves puedes quedarte muy solo. Yo me gano la vida con las piernas.
P. ?Y podr¨ªa decirnos cu¨¢nto valen?
R. No tengo ni idea; esos asuntos no los llevo yo directamente.
P. Despu¨¦s de Barcelona pudo optar entre M¨²nich y Par¨ªs. ?Por qu¨¦ vino a Madrid?
R. Hubo muchos rumores, pero la elecci¨®n result¨® sencilla: mi familia prefer¨ªa quedarse aqu¨ª porque nos hemos adaptado muy bien a la mentalidad espa?ola.
P.?Aprendi¨® catal¨¢n?
R. Lo entiendo, pero no llegu¨¦ a hablarlo. En el equipo s¨®lo hab¨ªa tres o cuatro catalanes, y comprendieron que yo ten¨ªa bastante con aprender un idioma, el castellano.
P. ?Puede uno escribir sus memorias con 30 a?os?
R. Escrib¨ª mi experiencia en Italia, donde me pasaron un mont¨®n de cosas. Puede que vuelva a hacerlo, pero m¨¢s adelante.
P. ?Qu¨¦ es lo que m¨¢s le gusta de Madrid?
R.Vivo en La Moraleja, encantado; pero, sinceramente, apenas conozco la ciudad. Mi mujer y yo hemos ido al centro un par de veces, y siempre de tiendas.
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