Alcoh¨®licos an¨®nimos
Podr¨ªa escribirse un curioso op¨²sculo sobre las relaciones entre las bebidas alcoh¨®licas y el cine. Siempre sobre la base de lo much¨ªsimo que se bebe en las pel¨ªculas, lo incre¨ªblemente bien que les sienta a todos y lo que se desprecia a los que no beben alcohol. Sin embargo, muy de vez en cuando se hace alguna donde se trata el tema con cierta seriedad. Basta pensar en el cl¨¢sico de Billy Wilder D¨ªas sin huella (1945) y, sobre todo, en la gran obra maestra D¨ªas de vino y rosas (1963), de Blake Edwards.A pesar de su inapropiado t¨ªtulo castellano (el m¨¢s interesante original es To have and to hold, Tener y retener), Cuando un hombre ama a una mujer pertenece a ese reducido n¨²mero de pel¨ªculas que se plantean el tema de la bebida con seriedad, que trata el alcoholismo como una enfermedad de m¨²ltiples consecuencias familiares y dif¨ªcil curaci¨®n.
Cuando un hombre ama a una mujer
Director: Luis Mandoki. Guionistas: Ronald Bass y Al Franken. Fotograf¨ªa: Lajos Koltai. M¨²sica: Zbigniew Preisner. Estados Unidos, 1994. Int¨¦rpretes: Andy Garc¨ªa, Meg Ryan, Tina Majorino, Mae Whitman. Estreno en Madrid: Palacio de la M¨²sica, Amaya, T¨ªvoli, Cristal, Aluche, Colombia, Albufera, Ideal (V. O.).
Lo m¨¢s interesante de su planteamiento es que se desarrolla dentro del m¨¢s caracter¨ªstico marco de una producci¨®n de amor y lujo. Una atractiva pareja, ¨¦l piloto, ella trabaja en una escuela, dos hijas muy graciosas y una estupenda casa en San Francisco. No obstante, y por problemas inexplicables, herencia, falta de confianza en s¨ª misma, soledad, ella cada vez bebe m¨¢s, se emborracha, pega a sus hijas...
Aunque es la mejor de las cuatro pel¨ªculas que el mexicano Luis Mandoki ha realizado en Estados Unidos, Cuando un hombre ama a una mujer sufre de excesivos desequilibrios internos.
Fallos de gui¨®n
Tiene un buen planteamiento y un efectivo final, pero entre medias, por culpa de un gui¨®n nada s¨®lido de Ronald Bass y Al Franken, la historia se trivializa en exceso, est¨¢ a punto de convertirse en un problema dom¨¦stico, y llega a resultar aburrida. Y adem¨¢s, Mandoki deja caer todo el peso de la pel¨ªcula en sus dos excelentes protagonistas, mientras ¨¦l se escurre limit¨¢ndose a montar largas escenas entre ellos que funcionan muy bien, pero intercalando innecesarios intermedios musicales y tur¨ªsticos.De manera que una de sus mejores bazas es el trabajo de Meg Ryan, que est¨¢ perfecta como ama de casa alcoh¨®lica y llega a gran altura en su parlamento ante el grupo de Alcoh¨®licos An¨®nimos, y del atractivo Andy Garc¨ªa, que tambi¨¦n hace una gran labor en el menos brillante, pero m¨¢s dif¨ªcil, papel de su marido. Alcanzando grandes momentos interpretativos cuando se enzarzan en largas discusiones matrimoniales, a pesar de que, desgraciadamente, Mandoki las rueda de cualquier manera.
Babelia
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