El Athletic salva la cat¨¢strofe
El equipo de Irureta marc¨® en Newcastle dos goles en los ¨²ltimos 20 minutos
El Athletic no aspiraba a la insurrecci¨®n en Newcastle pero se encontr¨® con una revoluci¨®n tard¨ªa cuando tan s¨®lo pretend¨ªa discutir la graduaci¨®n de su oponente Durante cinco minutos disfraz¨® la tropa -o lo que queda de ella- con uniforme de gala y en posici¨®n insultante aparentando una actitud decidida para la controversia que simul¨® una contienda equilibrada. El sue?o inicial dur¨® cinco minutos. El Newcastle. enturbi¨® la fe rojiblanca con una presi¨®n que derriti¨® el trabajo de camerino dise?ado honradamente por Irureta. Garitano perdi¨® el tacto con el bal¨®n y la tropa se bati¨® en retirada hacia el cuartel de Valencia con un instinto reservista dispuesto a la resistencia y el milagro futbol¨ªstico. El ataque lleg¨® al final cuando nadie, ni siquiera el Newcastle, lo esperaba.
Fox le hab¨ªa rescatado del sue?o europeo. La primera combinaci¨®n de los ingleses se tradujo en gol desconcertando a la retaguardia del Athletic, s¨®lo pendiente de Cole.
El orgullo del vencido propici¨® una excursi¨®n al terreno ingl¨¦s que insinu¨® un penalti a Ziganda resarcido despu¨¦s por otra ilegalidad de Karanka al interceptar un centro con el brazo.
Restituida la normalidad, el Newcastle despleg¨® toda su astucia para llevar el partido a su terreno, esto es, al movimiento r¨¢pido del bal¨®n y la incursi¨®n definitiva por las bandas. El Newcastle hab¨ªa recobrado con prontitud la autoridad de la contienda y la sancion¨® a la media hora en un indudable penalti de Tabuenka a Cole. Dos goles y tal dominio de la situaci¨®n presagiaban un oscuro futuro rojiblanco.
Ya en la segunda parte, Fox, un jugador el¨¦ctrico, pisote¨® por en¨¦sima vez su banda y coloc¨® el bal¨®n en la cabeza de Cole que bati¨® a Valencia. La goleaba acechaba. Cab¨ªa pensar que su poblado centro del campo se batiera en retirada y permitiera a los ingleses dise?ar las r¨¢fagas de su f¨²tbol en exceso.
Pero hasta las contiendas m¨¢s desiguales permiten alguna ocasi¨®n para la guerrilla. Suances aprovech¨® un resbal¨®n para enga?ar a la defensa y Ziganda super¨® a Srnicek. El gol restablec¨ªa la esperanza en el marcador y maquillaba la superioridad futbol¨ªstica de los ingleses. El Athletic hab¨ªa encontrado las cosquillas de su rival y vistas las circunstancias de tan educada batalla (apenas hubo faltas) se permiti¨® una cesi¨®n para la esperanza.
Un segundo zarpazo de Suances le permiti¨® lamerse las heridas y sacarse dos goles de la chistera que condujeron al Newcastle a la m¨¢s absoluta confusi¨®n perdido ante la recuperaci¨®n rojiblanca. Los goles recompensaron la honradez bilba¨ªna. San Mam¨¦s decidir¨¢ el vencedor.
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