Ta?ido digital de campanas
La catedral de La Almudena estrena campanario informatizado
Las hornacinas huecas de las torres de la catedral cat¨®lica de La Almudena tienen desde ayer hu¨¦spedes estables. Se trata de cuatro grandes campanas fundidas en bronce que fueron izadas ayer trabajosamente con una gr¨²a hasta su elevada atalaya. Dos de ellas cuentan con m¨¢s de dos siglos de antig¨¹edad. Pese a su veteran¨ªa -o quiz¨¢ debido a ella- suenan con gravedad solemne. Est¨¢n destinadas a contagiar cada domingo el cielo de Madrid de su reverberaci¨®n y de sus ecos.La Almudena no tiene campanero propio. Tampoco lo va a necesitar: un simple mando a distancia, manejado desde la sacrist¨ªa de la catedral, permitir¨¢ dirigir a partir de hoy los movimientos de los cuatro martillos el¨¦ctricos que golpear¨¢n sus bronces con el toque arcaico de su repicar. Su emplazamiento culmin¨® ayer con ¨¦xito gracias a una gr¨²a de largo brazo y al esfuerzo desplegado por un equipo de cuatro campaneros, desplazados hasta Madrid desde la localidad palentina de Salda?a para instalarlas. Si todo va bien, repicar¨¢n para convocar a los cat¨®licos que deseen acudir el pr¨®ximo s¨¢bado a la catedral a la toma de posesi¨®n del nuevo arzobispo de Madrid, Antonio Mar¨ªa Rouco.
Una de las campanas procede de la antigua iglesia de Santa Mar¨ªa; dos m¨¢s permanecieron hasta ayer mudas sobre un entramado del templo; hace 60 a?os convocaban a la misa en la antigua cripta, seg¨²n recuerda el de¨¢n catedralicio Mateo Gonz¨¢lez, vecino del barrio; la ¨²ltima es de nueva factura, fundida y afinada hace unas semanas en el horno del fundidor palentino Manuel Quintana. El precio aproximado de este fanal sonoro, plateado y con casi un metro de di¨¢metro, es de 800.000 pesetas. Tanto su izado como la instalaci¨®n, adem¨¢s de otras cuatro campanas que ser¨¢n fundidas posteriormente y emplazadas arriba para completar el juego, ser¨¢n costeadas por el Colegio de Gestores Administrativos de Madrid, que preside Jaime Luis Quir¨®s.
"Cuando el Papa visit¨® Madrid para consagrar la catedral, me pareci¨® triste que La Almudena carec¨ªa de campanas", dice Quir¨®s Quintana, de 63 a?os. "En consecuencia, plante¨¦ a la junta directiva del Colegio el compromiso de sufragar el campanario y fue aceptado", reconoce con satisfacci¨®n. Ahora Quir¨®s, emocionado mira la maniobra de una enorme gr¨²a Liebherr, operada desde la explanada del Patio de la Armer¨ªa del Palacio Real, que pugna por encaramar una gran campana de 1.500 kilos de peso, fundida en Espa?a en 1743, hasta la torre donde queda depositada.
El fundidor Manuel Quintana, de 51 a?os, miembro de una saga de artesanos santanderinos constructores de campanas desde hace un siglo, se muestra tambi¨¦n satisfecho. Cuatro de sus mejores operarios remachan all¨¢ arriba con poderosos tornillos el bastidor de dos vigas de hierro sobre el que las campanas van a ser colgadas. Impasibles al v¨¦rtigo que se abre a sus pi¨¦s, los palentinos colocan diligentemente un juego de abarcones y otro de perros, poderosas sujecciones de acero que soportar¨¢n desde ahora el peso -casi 4.000 kilos- del reci¨¦n estrenado campanario.
Los operarios instalaron igualmente un servocomando programable M¨¢ster, de fabricaci¨®n italiana, dotado de microprocesadores con los cuales se accionar¨¢, mediante impulsos el¨¦ctricos, un sistema de martillos, uno por campana. Los mazos, llamados pilones, golpear¨¢n a voluntad las cuatro superficies de bronce con repiques y ta?idos elegidos seg¨²n se trate de fiesta, funeral, a rebato o misa. 24 tipos diferentes de toques pueden llegar a ser aplicados con frecuencias centesimales e intensidades distintas.
Muy pronto, el sonido majestuoso de las nuevas campanas opondr¨¢ el do grave de su ta?ido al bullicio agudo de la ciudad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Catedrales
- Monumentos
- Patrimonio hist¨®rico
- Edificios religiosos
- Ayuntamientos
- Iglesia Cat¨®lica espa?ola
- Electr¨®nica
- Patrimonio eclesi¨¢stico
- Madrid
- Administraci¨®n local
- Comunidad de Madrid
- Patrimonio cultural
- M¨²sica
- Iglesia cat¨®lica
- Arte
- Espa?a
- Inform¨¢tica
- Cristianismo
- Administraci¨®n p¨²blica
- Industria
- Religi¨®n
- Cultura