El partido neofascista italiano cambiar¨¢ de nombre el pr¨®ximo mes de enero
El Movimiento Social Italiano (MSI), fundado por los supervivientes de la Rep¨²blica de Sal¨®, que el pasado jueves volvi¨® a demostrar su enraizada cultura fascista, cuando algunos de sus m¨¢s c¨¦lebres diputados golpearon en el Parlamento a un representante verde que les criticaba, se disolver¨¢ el pr¨®ximo 26 de enero para cambiar definitivamente su nombre por el de Al¨ªanza Nacional (AN), seg¨²n anunci¨® ayer al Comit¨¦ Central del MSI el secretario general, Gianfranco Fini, quien consider¨® que la cita tendr¨¢ "una importancia hist¨®rica".
Seg¨²n Fini, en enero "s¨¦ cierra una ¨¦poca y abre una nueva fase con la consagraci¨®n de Alianza Nacional y de la derecha de Gobierno". Aprovech¨® la oportunidad para pedir a sus huestes que "no caigan en las provocaciones", ahora que la opini¨®n p¨²blica internacional estar¨¢ pendiente de su movimiento. Esta frase sintetiza la importancia, simplemente t¨¢ctica, que Fini concede a lo ocurrido el pasado jueves en la C¨¢mara.Uno de los principales protagonistas del incidente fue, sin embargo, un hombre muy pr¨®ximo a Fini, el portavoz del secretario, Francesco Storace, bien conocido en las universidad italiana de los a?os setenta como uno de los fascistas que repart¨ªan m¨¢s mamporros.
A las cr¨ªticas porque ahora haya hecho lo mismo en el Parlamento con un diputado que hab¨ªa llamado corruptos a los partidos del Gobierno, Francesco Storace, personaje violento y de malos modales cr¨®nicos, replica que la gente le felicita en la calle y a?ade que Mauro Paissan, el diputado verde agredido, le manch¨® "con esmalte de u?as" al ara?arle. Otros diputados del MSI han declarado a la prensa que Paissan es finocchio (homosexual).
La actuaci¨®n pol¨ªtica de Fini en los seis meses transcurridos desde que AN se convirti¨®, de la mano de Silvio Berlusconi, en la primera fuerza ligada al fascismo que accede a un Gobierno contempor¨¢neo, tampoco est¨¢ muy por encima del lamentable nivel de sus fieles, si se la juzga bajo la perspectiva de creaci¨®n de una derecha de tipo europeo que promueve el l¨ªder.
Intolerancia
El secretario del MSI no ha logrado, en efecto, despejar las sospechas de que su movimiento adolece de una intolerancia y de un estatalismo at¨¢vicos, incompatibles con el corte liberal de los partidos que dice tomar como modelo. Tambi¨¦n se ha confirmado como un pol¨ªtico fudamentalmente provinciano, que dedica buena parte de sus esfuerzos a defender los intereses adquiridos por una minor¨ªa de italianos en la antigua Yugoslavia bajo el fascismo. Esto no impide que se le reconozca un¨¢nimemente a Fini la habilidad de avanzar en el colapso pol¨ªtico que padece Italia tras el desembarco de Berlusconi.El l¨ªder ultraderechista resulta, con todo, m¨¢s razonable que un primer ministro volcado en combatir a los jueces y en defender unos intereses privados que declara irrenunciables. O que el l¨ªder de la Liga, Umberto Bossi, que trata de combatir la crisis de su partido con la ambig¨¹edad y el exbrupto. S¨®lo en ese contexto sombr¨ªo se entiende que Fini pueda ser considerado como un futuro primer ministro.
[Unos 45.000 estudiantes llegados de toda Italia se manifestaron ayer en N¨¢poles para protestar contra el Gobierno que preside Silvio Berlusconi y para reivindicar "el derecho al estudio, al trabajo y a un futuro", informa la agencia France Press. Uno de los lemas m¨¢s coreados fue Berlusconi te has equivocado, la escuela no es un supermercado. La manifestaci¨®n se desarroll¨® sin incidentes.]
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