"Me horroriza la imagen de las farmacias norteamericanas"
Pilar Gasc¨®n tiene 35 a?os, es farmac¨¦utica desde 1981 y conoce por su nombre a muchos de sus clientes, algo cada vez menos frecuente. Compr¨® la farmacia de la que es titular hace 13 a?os en un rinconcito del popular barrio de Gr¨¤cia, en Barcelona, donde las cruces rojas luminosas son especialmente abundantes. Le gusta tomar la presi¨®n personalmente a sus clientes y comentar las recetas que le traen. No le ha sido f¨¢cil, entre tanta competencia, salir adelante. Pero ella se resiste a convertir lo que considera un espacio de salud en un supermercado. Confiesa que si algo le horroriza es la imagen de las farmacias norteamericanas, donde se vende de todo y los medicamentos casi han desaparecido, sepultados bajo ingentes masas de publicidad.Pregunta. ?Es un golpe para una farmacia como la suya que los centros de salud entreguen directamente los pa?ales y las vendas?
Respuesta. Obviamente, puede serlo, pero no es eso lo que a m¨ª m¨¢s me preocupa, porque al fin y al cabo yo tampoco vendo tantos pa?ales. Lo que me inquieta es que esta medida constituye una nueva merma de mis competencias, y eso pone en peligro el modelo de farmacia y de ejercicio profesional que yo defiendo. Creo que el farmac¨¦utico debe ser un agente de salud y no un simple vendedor. El ano pasado nos quitaron las vacunas de la gripe, este a?6 los pa?ales y las vendas, y el a?o que viene puede ser otra cosa, sin que por otro lado veamos un proyecto global que potencie la figura del farmac¨¦utico. El resultado es una gran inseguridad. Los farmac¨¦uticos no sabemos en este momento en qu¨¦ marco nos movemos.
P. Pero la farmacia no deja de ser tambi¨¦n un negocio.
R. Claro, y los n¨²meros tienen que cuadrar. Pero la realidad est¨¢ muy lejos de ser tan bonita como a veces aparenta. Al menos para muchos. Es cierto que hay farmacias con gran volumen de negocio, pero son una minor¨ªa. Lo que produce la mayor¨ªa de las farmacias es uno o dos puestos de trabajo m¨¢s o menos bien remunerados. Cuando yo compr¨¦ esta farmacia, estuve varios a?os cobrando menos que el auxiliar que hered¨¦ del anterior propietario. Y cuando este auxiliar se jubil¨®, lo sustitu¨ª por un farmac¨¦utico, porque creo que el futuro de la farmacia est¨¢ en la profesionalizaci¨®n, no en convertirla en un montaje comercial. Tengo menos ingresos, pero doy mejor servicio.
P. Probablemente usted no es una farmac¨¦utica prototipo.
R. Se equivoca. Este es un clima de opini¨®n muy extendido entre los farmac¨¦uticos.
P. ?Y cree que podr¨¢ resistir sin llenar su farmacia de productos cosm¨¦ticos?
R. No estoy segura. Si me quitan competencias y me ahogan econ¨®micamente, tal vez no me quede m¨¢s remedio. Pero lo considerar¨ªa muy injusto, porque es f¨¢cil recortar en el ¨²ltimo eslab¨®n, cuando no es precisamente el que dispara el gasto. Cuando veo c¨®mo recetan algunos m¨¦dicos, me indigna ver que las medidas de austeridad se limiten a las farmacias.
P. Un 29,9% de margen sobre cada paquete de pa?ales -que cuesta 10.000 pesetas y que cada vez se prescribe m¨¢s- no es un margen peque?o, ?no cree?
R. Yo estoy dispuesta a discutir los m¨¢rgenes de algunos productos -ya le digo que la cuesti¨®n de los pa?ales no es esencial-, pero siempre que se nos plantee una alternativa global de futuro como colectivo, y no s¨®lo no se deteriore el servicio que ahora prestamos, sino que se nos d¨¦ la oportunidad de mejorarlo.
P. ?Qu¨¦ deterioro cree que se puede producir porque los centros de salud entreguen los pa?ales? Adem¨¢s de ahorrarse el 50% del coste, la Administraci¨®n sanitaria le evita un desplazamiento al usuario, puesto que igual tiene que ir al centro de salud a sellar la receta.
R. ?Y le explicar¨¢ el inspector o el celador c¨®mo tiene que coloc¨¢rselo y con qu¨¦ frecuencia? ?Y estar¨¢n disponibles a cualquier hora? Porque lo que puede pasar, al final, es que no se ahorre tanto y que adem¨¢s el usuario tenga que venir a la farmacia a preguntar c¨®mo usar el pa?al.
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