La Euroc¨¢mara presiona para que Espa?a y Francia apliquen la ciudadania europea

Un ciudadano portugu¨¦s podr¨¢ ser concejal de Zaragoza en 1995, si reside en esta ciudad. O de Marsella. O de Berl¨ªn. As¨ª ser¨¢, si el Consejo de la Uni¨®n Europea (UE) asume la propuesta del Parlamento, votada ayer. El Parlamento dio ayer unnuevo impulso a la ciudadan¨ªa europea. Reclam¨® que se adelante a las elecciones municipales que se celebrar¨¢n en 1995 (en Francia y Espa?a) la elegibilidad como concejales de los ciudadanos originarios de un Estado distinto al de su residencia. La normativa afectar¨¢ a cinco millones de euroDeos.

El informe aprobado por el Par lamento fue defendido con rigor jur¨ªdico por la eurodiputada del Partido Popular espa?ol Ana Palacio. Y con pasi¨®n: "?Qui¨¦n teme al ciudadano europeo?", exclam¨®, "no, desde luego, este Parlamento". Fue felicitada por ello a diestra y siniestra: 352 s¨ªes contra 61 noes y 18 abstenciones. La propuesta aporta tres grandes ,novedades a la directiva de la Comisi¨®n y el Consejo, en la l¨ªnea de profundizar en la ciudadan¨ªa europea. La primera es el adelanto del calendario. La di rectiva establec¨ªa que los Esta dos miembros deb¨ªan adaptarse a ella desde final de 1995, con lo que en algunos pa¨ªses "se aplaza r¨ªa el asunto hasta el siglo pr¨®ximo", lament¨® Palacio. Ahora se apremia a que lo hagan desde fi nal de este a?o.Menos papeleo

La mayor flexibilidad (menos re quisitos de papeleo, menos ex cepciones) en la elecci¨®n de otros europeos a los propios ayunta. mientos se aplicar¨¢ pues a Espa?a, Francia, Berl¨ªn y Bremen, que tienen previsto celebrar elecciones municipales el a?o pr¨®ximo. Eso, con permiso del Consejo, que, dir¨¢ la ¨²ltima palabra en su reuni¨®n del 1 de diciembre y lo har¨¢ por unanimidad. Un solo voto en contra hundir¨¢ la pro puesta. Los franceses se resist¨ªan a este adelanto. La elegante gaullista francesa Hel¨¦ne Carr¨¦re d'Encausse pidi¨® m¨¢s tiempo, "porque no se puede imponer un cambio en v¨ªsperas electorales". Fue derrotada.

La segunda gran mejora con siste en que los Estados s¨®lo podr¨¢n impedir la elecci¨®n de otros europeos no nacionales como alcaldes y tenientes de alcalde, pero no ya como concejales eje cutivos, como pretend¨ªan los mi nistrog, y comisarios.

La tercera mejora se refiere a Luxemburgo, que dispon¨ªa. de una amplia derogaci¨®n para aplicar la ciudadan¨ªa europea, al ser el ¨²nico de los Doce cuyos:residentes extranjeros superan el 20% de su poblaci¨®n. Alcanzan el 29%, casi todos ellos altos f¨²ncionarios comunitarios "que enriquecen la naci¨®n", como destacaron los m¨¢s aperturistas. La Comisi¨®n y la ponencia estaban de acuerdo en exigir el requisito de haber residido durante un mandato (seis a?os) para poder votar y de dos (12 a?os) para ser elegido. As¨ª que tumbaron la enmienda del socialista espa?ol Josep Verde quien suger¨ªa exigir un solo mandato para ambas cosas. Ante las protestas de los verdes luxemburgueses: "El Gobierno de Luxemburgo es Internacionalista para colocar un presidente de la Comisi¨®n, pero no para que sus residentes voten concejales de otras nacionalidades". Al final, para votar se elimin¨® la exigencia de haber residido durante un mandato en el Gran Ducado -lo que le iguala a los otros 11 Estados miembros de la UE-, y en cambio, para ser elegido, se exige haber residido durante dos mandatos.

El asunto de Luxemburgo tiene enjundia. Si en el Consejo del 1 de diciembre se juntan sus reparos a los franceses -ya ventilados en la Asamblea-, todo lo aprobado ayer quedar¨¢ en agua de borrajas. Pero se abrir¨¢ un nuevo frente entre europar-lamentarios y Estados.