El Ejercito brasile?o espera la orden del presidente para entrar en las favelas de R¨ªo,
Las Fuerzas Armadas esperan una orden del presidente brasile?o, Itamar Franco, para lanzar una operaci¨®n militar en las favelas (barrios de chabolas) donde vive una tercera parte de la poblaci¨®n de R¨ªo de Janeiro. Aprovechando la ausencia del Estado en los cerros que rodean a la capital carioca, los narcotraficantes se han hecho fuertes all¨ª y ostentan el poder en la impunidad: imponen sus leyes, reclutan soldados y hasta cobran impuestos.
Fuentes period¨ªsticas citadas por la agencia Efe aseguran que la eventual operaci¨®n militar ser¨¢ ejecutada por un comando integrado por unos 2.000 hombres de la polic¨ªa, del Ej¨¦rcito de Tierra, del Cuerpo de Fusileros y de las Fuerzas A¨¦reas.R¨ªo de Janeiro -tantas veces llamada "ciudad maravillosa", por sus playas luminosas, de sol ardiente y arenas doradas y por la eterna alegr¨ªa de sus habitantes- se ha convertido en los ¨²ltimos a?os en una metr¨®polis decadente y violenta. Teatro de una batalla desigual entre poderosas bandas de narcotraficantes, asaltantes y secuestradores, por un lado, y, por otro, una polic¨ªa corrupta, mal armada e infiltrada hasta el tu¨¦tano por el crimen organizado, R¨ªo en nada recuerda el para¨ªso de tropical sensualidad estereotipado en los folletos tur¨ªsticos.
Para granjearse la buena voluntad de los vecinos de las favelas, los hampones financian modestas obras sociales, prestan peque?as sumas de dinero, ocasionalmente ceden sus lujosos autom¨®viles para transportar enfermos y ofrecen empleos bien remunerados a quien est¨¦ dispuesto a entrar en su negocio. El habitante de una favela que roba a otro es objeto de un juicio sumar¨ªsimo por parte de los traficantes, que generalmente termina con la pena de muerte.
En Copacabana e Ipanema, los barrios m¨¢s famosos de Brasil, inmortalizados en filmes, poemas y canciones, es frecuente que los vecinos queden sitiados en sus casas mientras el tableteo de las ametralladoras anuncia que las diversas bandas de narcotraficantes est¨¢n resolviendo sus conflictos.
En las ¨²ltimas semanas, los hampones impusieron el toque de queda a partir de las nueve de la noche en el barrio carioca de Bonsucesso, el mismo donde hace tres semanas un grupo de delincuentes armados con fusiles de asalto AR-15 atac¨® y destruy¨® el edificio de la comisar¨ªa, ante la mirada entre at¨®nita e impotente de polic¨ªas armados con viejos rev¨®lveres.
Los datos del Instituto de Econom¨ªa Mundial Ferdinand Braudel revelan que el n¨²mero de homicidios registrado en R¨ªo entre 1985 y 1991 super¨® el de las bajas norteamericanas en Vietnam.
En diversos barrios cercanos a favelas, las escuelas permanecen clausuradas largos periodos por orden de los traficantes, los comercios se ven frecuentemente obligados a cerrar sus puertas y la poblaci¨®n atemorizadabo sabe a qui¨¦n acudir.
Conductores fusilados
La sustracci¨®n de autom¨®viles alcanza proporciones asombrosas. El seguro de un coche llega a costar anualmente hasta el 16% del valor del veh¨ªculo. Algunos automovilistas que se han resistido al robo de sus veh¨ªculos han sido inmediatamente fusilados por los ladrones, como ocurri¨® la pasada semana con un alto ejecutivo de la empresa Gillette.
Asalto de tropas de ¨¦lite
Para acabar con el hampa de las favelas, fuentes gubernamentales afirmaron que la intervenci¨®n militar en R¨ªo de Janeiro para expulsar a los narcotraficantes puede ocurrir en cualquier momento a partir de hoy, tras el encuentro que mantendr¨¢n esta tarde el presidente, Itamar Franco, y el gobernador de R¨ªo, Nilo Batista.Tras haber restado importancia a la violencia carioca, Batista se manifest¨® rotundamente en contra de los planes de intervenci¨®n de los militares para acabar con el poder creciente del hampa en R¨ªo de Janeiro. Sin embargo, despu¨¦s de que Franco se mostrara dispuesto a apoyar al Gobierno de R¨ªo, Batista cambi¨® de postura y ahora admite la entrada de tropas federales "siempre y cuando se respeten los derechos y garant¨ªas de la poblaci¨®n de las chabolas".
Fuentes militares dijeron que las Fuerzas Armadas disponen para la invasi¨®n de tropas de ¨¦lite. El Ej¨¦rcito se propone aislar los puntos estrat¨¦gicos controlados por los traficantes y luego ocupar los barrios de chabolas, donde permanecer¨ªan durante un a?o, tiempo que consideran suficiente para implantar programas sociales que rompan el eslab¨®n entre las poblaciones pobres y los narcotraficantes.
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