El distrito de Hortaleza dedica una plaza a la compositora peruana Chabuca Granda

FIETTA JARQUE La flor de la canela, canci¨®n que han paseado, en su repertorio durante d¨¦cadas cantantes como Mar¨ªa Dolores Pradera, Nati Mistral o Betty Missiego, son¨® el lunes para inaugurar la plaza del distrito de Hortaleza, que lleva el nombre de su autora, la peruana Chabuca Granda (1920-1983). Mujer fina y fuerte, fue la renovadora de la canci¨®n popular peruana, pero adem¨¢s, supo romper barreras sociales y ser centro de la vida intelectual de su pa¨ªs. Las tres int¨¦rpretes participan hoy en un homenaje a ella organizado por la Embajada de Per¨² en el Auditorio Nacional.

Fue el eslab¨®n entre dos ¨¦pocas, entre dos sociedades que se daban la espalda, entre dos formas de amar a su pueblo. Chabuca Granda -rubia, hija de una antigua familia burguesa zanj¨® con poes¨ªa la innombrable distancia cultural entre la m¨²sica negra y la criolla y las sembr¨® en la modernidad. La flor de la canela alude a una hermosa mujer negra" Victoria Angulo -de piel canela-, que ella conoci¨® desde peque?a, a la que imagina caminando altiva por el paisaje id¨ªlico de la ciudad colonial. Fue su quinta composici¨®n y ya es un cl¨¢sico internacional. La Lima de calles empedradas y puentes centenarios ha desaparecido hoy, pero gracias al Modelo de su delicada nostalgia se convierte en ut¨®pico proyecto de restauraci¨®n de la ciudad a cada momento. Todos creen en lo que ella imagin¨®. A todos les gustar¨ªa ver a La flor de la canela caminando de nuevo del puente a la alameda. Seguramente la plaza que lleva su nombre desde ayer en Madrid, en la confluencia de las calles del Mar Caspio, Liberaci¨®n y Rogelio Mu?oz, la habr¨ªa llenado de gozo.

Para esta ciudad compuso unos versos que su hija, Teresa Fuller, recit¨® ayer en el acto de inauguraci¨®n: "... Y las cuatro han dado, y sereno, / la noche est¨¢ clara y fr¨ªa. / Y avemar¨ªa, sereno, / contestar¨¢ el coraz¨®n, / sereno del alma m¨ªa / y del alma de Madrid, / mis palmas cantan por ti...".

Personajes

Otras de sus canciones aluden tambi¨¦n a un tiempo y unos personajes inventados, pero que se han convertido. Para muchos en el coraz¨®n de lo que podr¨ªa llamarse peruanidad. Fina estampa (dedicada a su padre, "un gran se?or, un peruano con la hidalgu¨ªa de los caballeros espa?oles", seg¨²n ella), Jos¨¦ Antonio, Ze?¨® Manu¨¦ (en recuerdo de su gran amigo Manuel Solari Swayne, otro amante de la m¨²sica criolla y las viejas tradiciones) y Lima de veras (su primera composici¨®n, a los 28 a?os) llevaron la l¨ªrica de la canci¨®n popular al campo de la poes¨ªa de alto vuelo. Pero lo que todav¨ªa ahora se recuerda m¨¢s de ella en su pa¨ªs es su perfil, sus maneras, su singular humanidad. Desde muy joven creci¨® rodeada por la intelectualidad de su tiempo y, junto a ellos, convoc¨® a los creadores de la calle, los m¨²sicos que todav¨ªa conservaban los restos de un folclor a punto de caer en el olvido. Junto a ella desaparec¨ªa el recelo entre clases sociales; en ese entonces, resentidas.

Empez¨® a cantar a los 40 a?os, sin mucha voz, con gran estilo, despu¨¦s de su divorcio. Tampoco empez¨® pronto a escribir: su primer tema lo compuso para cumplir el castigo que le impusieron por perder en un juego. Viaj¨® por escenarios de todo el mundo y sus temas fueron recogidos con entusiasmo por una gran variedad de int¨¦rpretes. Prefer¨ªa que la llamaran letrista a poetisa. A lo largo de su vida lleg¨® a firmar m¨¢s de 400 canciones, de las que est¨¢n registradas 150.

En los a?os setenta se produjo, dentro de su carrera, una etapa de compromiso pol¨ªtico que se reflej¨® en las canciones que dedic¨® a un joven poeta guerrillero, Javier Heraud, que la conmovi¨® con su sacrificio in¨²til.

El escalador Omar Torrijos

Estuvo siempre rodeada de admiradores, entre los que figuraban todo tipo de personas. Una an¨¦cdota pinta la devoci¨®n que despertaba esta mujer. Estando ella internada en el Hospital Militar de Lima, el ex presidente de Panam¨¢, el general Omar Torrijos, no hall¨® tiempo durante una visita oficial para ir a verla antes de las tres de la madrugada, poco antes de partir. Viendo que era muy tarde y que tardar¨ªan en darle permiso para entrar, no se le ocurri¨® nada mejor que escalar por, las rejas hasta lograr su prop¨®sito. Fue detenido por los guardias con un tiro al aire y le cost¨® convencerles de que era el presidente de Panam¨¢. No fue el ¨²nico que hubiera escalado muros por ella.

Homenaje a Chabuca Granda, organizado por la Embajada de Per¨² en el Auditorio Nacional. A las 21.00, en la sala de C¨¢mara. Informaci¨®n en la Embajada de Per¨², tel¨¦fono 43142 42.