Desgarrada, sombr¨ªa, gran pel¨ªcula
La s¨®lida obra del realizador mexicano Arturo Ripstein sufre un claro impulso ascendente cuando, a finales de los a?os ochenta, empieza a trabajar de manera regular con la excelente guionista Paz Alicia Garciadego. Prueba de ello es Principio y fin (1993), ganadora de la Concha de Oro del Festival de San Sebasti¨¢n y estrenada en Espa?a hace unos meses.Siguiendo su larga e interesante trayectoria profesional, Ripstein insiste en La reina de la noche en el camino abierto en su colaboraci¨®n con Garciadiego. La descripci¨®n de un mundo barroco, tortuoso, nocturno, que gira sobre s¨ª mismo, dando como resultado una dur¨ªsima, negra, desgarradora visi¨®n de la vida.
En esta ocasi¨®n el punto de partida, la excusa argumental, es la vida de la cantante mexicana Lucha Reyes (1906-1944). Nacida en un prost¨ªbulo, de padre desconocido y muerta a los treinta y muchos a?os por tomar una sobredosis de barbit¨²ricos. Tal como advierte el subt¨ªtulo de la pel¨ªcula, no se trata de narrar la vida de la cantante, sino de hacer una biograf¨ªa imaginaria, tomar ¨¦l personaje real de Lucha Reyes para describir su mundo. Ambientada en M¨¦xico durante los a?os de la Segunda Guerra Mundial, La reina de la noche tiene tres grandes bloques denominados 1939, 1941 y 1944. Al parecer, hab¨ªa un cuarto -Berl¨ªn, 1932- cortado por el director en el ¨²ltimo momento.
La reina de la noche
Director: Arturo Ripstein. Gui¨®n: Paz Alicia Garciadiego. Fotograf¨ªa: Bruno Keyser., M¨²sica: Luc¨ªa ?lvar¨¦z. M¨¦xico, 1994. Int¨¦rpretes: Patricia Reyes Spindola, Alfonso Echanove, Alberto Estrella, Blanca Guerra, Ana Ofelia Murgu¨ªa. Estreno en Madrid: Renoir.
El gran atractivo de La reina de la noche nace de que el duro personaje de Lucha Reyes, la sordidez del mundo en que se mueve, encuentran una perfecta correspondencia en el depurado estilo narrativo de Ripstein. Su fascinaci¨®n por los espejos, la noche, el agua que todo lo inunda y cuyo ruido se utiliza en repetidas ocasiones como m¨²sica de fondo y el sutil humor negro que llena el relato, se ajustan como un guante a la desgarrada biograf¨ªa de la cantante y desembocan en un conjunto que alcanza la perfecci¨®n.
Rodada en largos planos, casi planos-secuencia, barrocos como el mundo que reflejan, sobre un trasfondo de ecos de la guerra de Espa?a y personajes ligados a la Segunda Guerra Mundial, Ripstein aprovecha la tradici¨®n melodram¨¢tica del cine latinoamericano para superarla. Valga como muestra la compleja gran escena inicial, en uno de los cafetines donde canta Lucha Reyes.
Dentro de la perfecci¨®n del conjunto hay que se?alar el trabajo interpretativo de Patricia Reyes Spindola. A trav¨¦s de sus ¨¢speras y tiernas relaciones con su madre, con su marido, con su ¨ªntima amiga, con su hija comprada a una mendiga, dentro de un mundo muy personal creado por Arturo Ripstein en el que se advierte su admiraci¨®n por el gran patriarca del cine latinoamericano Luis Bu?uel.
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