"Aqu¨ª, a veces, te falla el coraz¨®n"
, Raquel Zapata, nacida en Chamber¨ª hace 32 a?os, es de esas personas que parece hablar con la mirada. Rubia rojiza y de ojos claros, su aspecto podr¨ªa asemejarse al de una risue?a enfermera de campa?a de origen irland¨¦s de principios de siglo. Es, sin embargo, una mujer muy al d¨ªa de los problemas de los j¨®venes: dirige la Oficina Regional de Objeci¨®n de Conciencia y Servicio Militar de la Comunidad de Madrid. Por su despacho pasan los mozos madrile?os en edad militar que desean informarse sobre la mili en la Regi¨®n Militar Centro o bien sobre el servicio alternativo de prestaciones sociales sustitutorias, cuyos destinos Raquel Zapata distribuye y asigna.Su simpat¨ªa impide averiguar que sus manos son las que tiran los dados del azar sobre la vida que un joven objetor llevar¨¢ durante 13 meses -menos 18 d¨ªas para asuntos propios-
P. ?Qu¨¦ hace una dama en un sitio tan masculino?
R. Trabajar.
P. ?En que consiste su trabajo?
R. En encontrar el destino id¨®neo para que un joven cumpla su prestaci¨®n de forma satisfactoria para la sociedad y para ¨¦l.
P. ?Cu¨¢les son los casos dif¨ªciles m¨¢s frecuentes?
R. Las mayores dificultades surgen cuando el que desea realizar su prestaci¨®n social tiene trabajo y su horario laboral choca con el de su servicio sustitutorio.
P. ?Qu¨¦ hace entonces?
R. Me devano los sesos para hallar un destino que le permita cumplir una tarea social que no le da?e.
P. ?Qu¨¦ alternativas tiene?
R. Pocas. Los que tienen empleo, desean prestaciones de fin de semana en las que puedan cumplir el horario asignado en armon¨ªa con su trabajo, que temen perder si no les resulta compatible.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s agradable de su tarea?
R. Encontrar ese destino id¨®neo y que el joven descubra que lo que va a hacer resulta socialmente muy beneficioso.
P. ?Lo m¨¢s adverso?
R. Cuando sabes que al destinarle a un lugar determinado, con un horario definido (7 horas), le jorobas la vida y t¨² no puedes impedirlo.
P. Si fuera hombre, ?har¨ªa la mili, se declarar¨ªa objetora o bien, insumisa?
R. Ser¨ªa objetora. Soy miedosa y creo que no tendr¨ªa coraje para declararme insumisa.
P. ?Resuelve alg¨²n caso con el coraz¨®n?
R. Supongo que s¨ª; la verdad es que intento no hacerlo, pero no estoy a salvo. Se puede ser muy profesional, yo as¨ª me considero, pero el coraz¨®n a veces, te falla: aqu¨ª se ven cosas que te cortan la fibra.
P. ?Como cu¨¢les?
R. Por ejemplo, cuando descubres que hay alg¨²n mozo que desea profundamente hacer su prestaci¨®n social y resulta que, por estar enganchado a la droga, no puede conseguir su sue?o. Tambi¨¦n contemplas otros casos, como el del t¨ªpico jeta, que lo ¨²nico que persigue es escaquearse y tomarte el pelo. Es dif¨ªcil no ser un poquito subjetiva en tales casos.
P. ?Recibe presiones?
R. Alguna.
P. ?C¨®mo se maneja ante ellas?
R. Con cuidado.
P. ?Acude a verla alguna mujer deseosa de hacer la mili u objetar?
R. No. A veces me visitan las novias de los objetores.
P. Cuando los mozos terminan su prestaci¨®n, ?van a verla?
P. Algunos lo hacen. Nos tomamos unas ca?as y me cuentan c¨®mo les fue.
R. ?Alg¨²n jam¨®n?.
P. [Sonr¨ªe]. No todav¨ªa.
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