Furor ¨¦tnico

Un sobrio trabajo inspirado en las ra¨ªces ¨¦tnicas y mediterr¨¢neas, ha cuajado, en Blanca Li (Granada, 1964) en un cohesionado espect¨¢culo que mantiene las distancias y rezuma elegancia. No es brillante la invenci¨®n coreogr¨¢fica y habr¨ªa que referirse mejor a su viaje estil¨ªstico que va del flamenco esc¨¦nico a la t¨¦cnica y apoyatura grupal de Martha Graham. Un vestuario sobrio, unos elementos escenogr¨¢ficos ajustados, ¨²tiles y aparentemente simples, arropan unas estructuras de baile que quieren seguir a toda costa la carencia r¨ªtmica que impone primero el flamenco tradicional y luego el folclore norteafricano, de ah¨ª que la proposici¨®n de baile siga un esquema sin latiguillos locales y produzcan un agradable efecto de s¨ªntesis; aunque debe hacerse una observaci¨®n, el flamenco no es arte ¨¦tnico corno tal y lo que se ve es muy del gusto urbano actual, aun cuando los n¨²meros de danza devienen intensas variaciones solitarias, alternando momentos cat¨¢rticos con coros en los que s¨ª est¨¢ la ortodoxia grupal y femenina de Graham. Vivimos un cisma est¨¦tico donde no debe sorprender la agrupaci¨®n y la yuxtaposici¨®n donde enga?osas apariencias sugieren concordancias. Las bailarinas son artistas serias, fuertes, entrenadas y resistentes, y el p¨²blico lo supo reconocer.