Chirac promete un refer¨¦ndum sobre la uni¨®n monetaria europea si es presidente
El gaullista Jacques Chirac aspira a llegar a la presidencia de Francia con los votos del no a Maastricht. Sus rivales, a¨²n no declarados, son el tambi¨¦n gaullista Edouard Balladur y el socialista Jacques Delors, presidente de la Comisi¨®n Europea, ambos favorables al Tratado de Maastricht y continuistas con la pol¨ªtica proeuropea de Fran?ois Mitterrand. Chirac se define como "el candidato del cambio" y promete un refer¨¦ndum sobre la uni¨®n monetaria, lo que reabre la caja de Pandora.
Jacques Chirac se enfrenta a los equilibrios m¨¢s dif¨ªciles. Quiere atraer a los votantes reticentes ante la Uni¨®n Europea (m¨¢s de un 49% del electorado, en teor¨ªa), pero no puede oponerse a un Tratado de Maastricht para el que, aunque sin entusiasmo, pidi¨® el s¨ª en el pasado refer¨¦ndum. Afirma, por tanto, que "la construcci¨®n europea es vital" y que "sin ella, Europa desaparecer¨¢", pero al mismo tiempo promete un nuevo refer¨¦ndum sobre la Uni¨®n Monetaria.Otro ejercicio en el alambre: Chirac, que apost¨® por el ultraliberalismo thatcheriano, en su ¨²ltimo bienio como primer ministro (1986-1988), se inclina ahora por el gaullismo social, definido por el intervencionismo y la lucha contra el desempleo y las desigualdades. Seg¨²n ¨¦l, ambas pol¨ªticas pueden conciliarse. Pero deja para m¨¢s adelante la explicaci¨®n de c¨®mo es eso posible.
M¨¢s equilibrios: el alcalde de Par¨ªs insiste en su "apoyo sin reservas" a la pol¨ªtica gubernamental de la coalici¨®n conservadora en que participa su partido, la Asamblea por la Rep¨²blica (RPR), pero al tiempo considera que el primer ministro, su correligionario y ex amigo Edouard Balladur, es su rival m¨¢s importante. El domingo, en un programa de televisi¨®n, Chirac afirm¨® que no consideraba posible la victoria de un candidato de la izquierda. y que, por tanto, la batalla electoral se circunscribir¨ªa a la derecha.
Semifinales
Ante sus fieles, el alcalde de Par¨ªs compara las Presidenciales a un campeonato de f¨²tbol: una de las semifinales, la que le enfrenta a Balladur, es como una final anticipada. Quien gane ese encuentro no tendr¨¢ rival en el candidato socialista, sea Jacques Delors u otro. La estrategia de Chirac es acosar a Balladur, desgastarle, obligarle al cuerpo a cuerpo. El primer ministro no es un fajador, y los chiraquistas conf¨ªan en que, desanimado, se retire antes de la gran semifinal.Otra contorsi¨®n de Chirac es la del calendario que se ha impuesto, al lanzarse a seis meses de campa?a electoral y asumir el riesgo de quemarse prematuramente.
Ha anunciado anticipadamente su candidatura para "abrir un debate de ideas", pero en realidad no tiene con qui¨¦n debatir.
S¨®lo han saltado con ¨¦l a la arena de las presidenciales el ultraderechista Jean Marie Le Pen y el comunista Robert Hue, junto con algunos dirigentes ecologistas y ultraizquierdistas.
Sus aut¨¦nticos interlocutores, Balladur y Delors, callan y siguen a la espera. Las elecciones quedan lejos, a seis meses, salvo abandono o fallecimiento de Mitterrand.
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