El Gobierno elimina el pago de las jornadas te¨®ricas agrarias a partir de 1995

A partir del pr¨®ximo a?o, los propietarios de tierras dejar¨¢n de pagar las llamadas jornadas te¨®ricas por las que la Tesorer¨ªa de la Seguridad Social ingresa anualmente unos 16.000 millones de pesetas. Parte de esos recursos, unos 6.000 millones de pesetas, los recuperar¨¢ la Administraci¨®n aumentando las cotizaciones de las jornadas reales que realicen los trabajadores contratados por el sector agrario. Los 11.000 millones de pesetas restantes ser¨¢n aportados por los Presupuestos del Estado y se suman al m¨¢s de bill¨®n de pesetas que ya aporta para cubrir el d¨¦ficit en el R¨¦gimen Especial Agrario de la Seguridad Social.Las jornadas te¨®ricas han constituido una especie de doble impuesto sobre la tierra que se sumaba al que se abona anualmente en concepto de contribuci¨®n r¨²stica y pecuaria. El importe de las mismas se calculaba en base a las cotizaciones de las jornadas de trabajo contratado que ser¨ªan necesarias para labrar cada superficie. En este sentido, era un impuesto que gravaba por igual a los profesionales de la agricultura como a todos los propietarios en general cultivasen o no las tierras.

La eliminaci¨®n de las jornadas te¨®ricas ha constituido una de las reivindiaciones hist¨®ricas del sector agrario en la que est¨¢n de acuerdo todas las organizaciones agrarias. La Administraci¨®n de UCD, con Jaime Lamo de Espinosa en Agricultura, opt¨® en los ¨²ltimos a?os de la d¨¦cada de los setenta por una congelaci¨®n de las mismas, situaci¨®n que se ha mantenido hasta este momento.

Luis Atienza contempl¨® su eliminaci¨®n para el pr¨®ximo a?o una vez entrase en vigor, probablemente en primavera, la ley de Modernizaci¨®n de las Explotaciones Agrarias. Sin embargo, con el fin de su aplicaci¨®n desde principio del a?o, el Ministerio de Econom¨ªa y Hacienda acept¨® su inclusi¨®n en el conjunto de medidas complementarias al actual proyecto de Presupuestos Generales del Estado.

La soluci¨®n adoptada no se considera la ¨®ptima en algunos medios del sector que ped¨ªan su desaparici¨®n sin que se adoptasen otras medidas de recaudaci¨®n sustitutorias. Su eliminaci¨®n supone quitar un impuesto que estaban pagando todos los proietarios de tierras, muchos alejados de la agricultura. Pero, por el contrario, para recaudar 5.000 millones de pesetas con el nuevo sistema, se gravan los pagos que deben hacer los agricultores que contraten mano de obra ajena.