Palmipedo mayor

La actuaci¨®n de la orquesta del Caf¨¦ de los Ping¨¹inos fue casi una antolog¨ªa de los mejores obras: la delicadeza optimista de Air ¨¢ danser, la belleza introspectiva de Southern Jukebox Music, el irresistible movimiento de notas titulado Perpetuum movile o el recurso de usar un elemento cotidiano como es la se?al de comunicando de los tel¨¦fonos ingleses (Telephone and rubber band). Tambi¨¦n hubo piezas de su ¨²ltimo ¨¢lbum como la eleg¨ªa a John Cageo la obsesiva y arrebatadora Scherzo and trio.Una m¨²sica a la imagen de su creador, el palm¨ªpedo mayor: inteligente, culta, divertida, imaginativa. Interpretada por una orquesta electroac¨²stica que juega sabiamente con los recursos t¨ªmbricos y se procupa por cada peque?o sonido, inspir¨¢ndose en tradiciones folcl¨®ricas y propuestas contempor¨¢neas.

Hacia el final tocaron Manoseando jud¨ªas saladas, dedicada a Pit¨¢goras. Y alguien se acerc¨® al escenario para regalarle a Jeffes un ping¨¹ino de peluche tocado con gorro navide?o. El ¨²nico problema de este on¨ªrico caf¨¦ itinerante es que a la hora de echar el cierre los parroquianos no quieren irse.