El ant¨ªdoto de Laudrup
Frenar al dan¨¦s, la obsesi¨®n de moda de un pu?ado de t¨¦cnicos
Laudrup. Laudrup. Laudrup. Es la obsesi¨®n de la temporada. Frenar el juego del dan¨¦s, considerado por muchos como el alma exclusiva del Real Madrid. (tambi¨¦n de la selecci¨®n danesa) se ha, convertido en el primer mandamiento de la religi¨®n de un pu?ado de entrenadores. Han plantado de minas y trampas su territorio, el habitual lugar de paseo de los medios punta, y el futbolista ha visto disminuido su repertorio. Con todo, el Madrid sobrevive al acoso.Todo naci¨® hace un par de meses, cuando unos cuantos exploradores t¨¢cticos creyeron haber descubierto en el Madrid cierta dependencia del juego del dan¨¦s. Por ah¨ª deb¨ªa estar el origen de la repentina transformaci¨®n del equipo: del juego aburrido e inofensivo del a?o pasado al f¨²tbol fascinante y da?ino del actual. Y se acord¨® un dict¨¢men: la diferencia la pone Laudrup Descubierto el mal, todos se lanzaron a hurgar entre su colecci¨®n de manuales t¨¢cticos para encontrar el ant¨ªdoto.
Algunas recetas aparecidas tras la investigaci¨®n coincidieron en un aspecto: el dise?o de una l¨ªnea de m¨¢s, entre la zona defensiva y la medular, para atascar el habitual lugar de maniobra del dan¨¦s. Hasta ayer, y por lo gene ral, el f¨²tbol se pod¨ªa resumir en defensa, centro del campo y de lantera. Tras los resultados del exhaustivo trabajo de laboratorio, el mapa se ha sofisticado.
Uno de los pioneros en experimentar la p¨®cima fue Benito Floro, el entrenador del Albacete. Pese a tratarse de uno de los t¨¦cnicos m¨¢s rigurosos en el cumplimiento posicional de su sistema (44-1), accedi¨® a modificar su dibujo (4-1-4-1) cuando recibi¨® la visita del Madrid. Sala cumpli¨® con acierto las instrucciones del t¨¦cnico: Laudrup no existi¨®, el Madrid no pas¨® del empate y Jorge Valdano, el entrenador madridista, critic¨® por vez primera el juego los suyos.
Al carro de Floro se subieron despu¨¦s varios de sus colegas. Entre ellos, Jorge D'Alessandro, que ya en su etapa de comentaista radiof¨®nico hab¨ªa insistido en reducir el poder del nuevo Madrid al juego de Laudrup. En su reestreno con el Atl¨¦tico tuvo que acudir al Bernab¨¦u. All¨ª, y . ara sujetar al dan¨¦s, pint¨® un 4-1-4-1 similar al dise?ado por Floro. La f¨®rmula le dio resultado hasta que un pol¨¦mico penalti puso a los blancos por delante en el marcador. Otra. variante del jarabe la present¨® el pasado mi¨¦rcoles Javier Clemente en el Espa?a- Dinamarca (3-0). Por delante de la defensa y por detr¨¢s del mediocampo, el seleccionador coloc¨® a dos hombres, Nadal y Donato, que borraron a Laudrup del partido.
La ¨²ltima versi¨®n del ant¨ªdoto la mostr¨® Carlos Alberto Parreira el s¨¢bado. Abandon¨® su esquema habitual (44-2) e introdujo otro similar al de sus colegas (4-1-4-1). Maqueda anul¨® a Laudrup y el Madrid no fue el de otras tardes. Pero gan¨® 1-2.
Los resultados (que no el juego) insisten en que el Madrid no sufre Laudrupdependencia. En realidad, la sufren sus rivales. 0 -sus t¨¦cnicos, que no encuentran otro camino para compatir al Madrid que poner zancadillas al dan¨¦s.
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