La voz de los silenciados
El primer hombre, que ha sido el gran ¨¦xito de ventas de la literatura gala en 1994, procede de un manuscrito que viajaba en el coche en el que Camus encontr¨® la muerte. Su hija la ha editado despu¨¦s de 30 a?os y su trabajo ha tenido mucho de psicoan¨¢lisis reparador pues, tal y c¨®mo explicaba a este diario, "cuando mi padre muri¨® todo el mundo me hablaba de la figura de Camus, pero nadie se refer¨ªa a ¨¦l como yo quer¨ªa: para m¨ª quien hab¨ªa muerto era pap¨¢ y no Albert Camus".El texto, que comienza con la agitada noche del nacimiento del propio escritor, parece darle la raz¨®n a la entonces ni?a: Camus escribe para recordar su pa¨ªs y rendir homenaje a su madre, a esa mujer de origen espa?ol, escondida tras su analfabetismo Pero capaz de ofrecer toda la ternura del mundo. Esa mujer callada, que todo lo adivina, es el punto de referencia perfecto para el otro gran personaje humano del libro, el profesor que no s¨®lo imparte sabidur¨ªa libresca, sino tambi¨¦n valores laicos y republicanos.
Probablemente Camus sigue vivo entre los franceses porque simboliza, un tipo de compromiso contempor¨¢neo, al margen de los partidos, una concepci¨®n de la pol¨ªtica y de la acci¨®n desvinculada de todo sectarismo. Los movimientos con los que de manera m¨¢s intensa se han identificado los j¨®venes, como pueden ser los de car4cter antirracista, hubiesen merecido el apoyo de un hombre que si se alej¨® del PCF y de una cierta izquierda fue por las tesis coloniales que sosten¨ªan respecto a Argelia y, sobre todo, respecto a los argelinos.
La imagen de Camus era conocida de todos y ¨¦l se serv¨ªa de esa popularidad para: prestar su voz a los silenciados. ?se es tambi¨¦n el sentido de El primer hombre: recordar los miles de destinos callados protagonizados por madres que han sabido amar a sus hijos y transmitirles esa capacidad de amor, y por maestros dignos de tal nombre.
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