Salud de El Pardo
El pasado domingo d¨ªa 13 le¨ª la columna del escritor Julio Llamazares publicada en este diario referida al monte de El Pardo, en cuyo ¨²ltimo p¨¢rrafo se dec¨ªa que la raz¨®n de tener que seguir manteni¨¦ndolo oculto y protegido tras alambradas radicaba en el aspecto que mostraba la parte que estaba abierta.Ciertamente, las zonas abiertas est¨¢n bastante deterioradas, pero bastante menos de lo que podr¨ªan llegar a estarlo dado el multitudinario uso que se hace de ellas por tantos madrile?os desde hace ya muchos a?os, lo cual denota el general cari?o y respeto que se tiene por este monte. El problema est¨¢ en que tambi¨¦n es necesario que Patrimonio Nacional acometa medidas inmediatas de limpieza en el primer patrimonio natural y adem¨¢s fomente entre los naturalistas y p¨²blico interesado en general campa?as como la que, precisamente el mismo domingo d¨ªa 13 de noviembre, hicieron muchos voluntarios en la sierra de Madrid. Pero, aparte de esto, es importante que se ejerza m¨¢s vigilancia por el interior de estas zonas abiertas. Si no, seguir¨¢ siendo posible ver a un individuo hacer fuego para cocinar o a otro conduciendo un todoterreno. Mientras, tambi¨¦n contemplas el pausado caminar vigilante de dos guardias jurados tras la alambrada, en la zona reservada, probablemente dedicados a controlar a supuestos curiosos o furtivos, hechos todos contemplados por m¨ª, precisamente ese mismo domingo, desde una de esas zonas abiertas al p¨²blico.-
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