El cantaor Enrique Morente, premio nacional de M¨²sica
Enrique M¨®rente fue galardonado ayer con el Premio Nacional de M¨²sica, concedido por el Ministerio de Cultura. Es la primera vez que este galard¨®n, dotado, con dos millones y medio de pesetas, se concede a un cantaor flamenco.
El cantaor recibi¨® ayer la noticia en Granada, ciudad en la que se encuentra estos d¨ªas, y, nada m¨¢s conocer la noticia, afirm¨® que ¨¦l hab¨ªa sido el primer sorprendido por la concesi¨®n del galard¨®n. Preguntado por las razones que, a su juicio, han llevado al jurado a la con cesi¨®n de este premio nacional, Enrique Morente no se atribuye ning¨²n m¨¦rito especial. "Creo m¨¢s bien que han querido premiar al flamenco, y han pensado en m¨ª como hab¨ªan podido pensar en cualquier otro, pues cantaores como yo hay unos cuantos", dijo anoche.
Auge del flamenco
Pero a rengl¨®n seguido a?ade una idea digna de ser subrayada: "Creo que fundamentalmente han querido llamar la atenci¨®n sobre- el auge cada vez mayor que el flamenco est¨¢ adquiriendo en el mundo. Y esto s¨ª me parece importante".El Premio Nacional de M¨²sica no cambiar¨¢, sin embargo, la forma de ser y de estar en el flamenco de este hombre sincero, que s¨®lo consigui¨® el gran triunfo p¨²blico al filo de su medio siglo de vida.
Como todos los adelantados del tiempo que les toc¨® vivir, Enrique Morente conoci¨® la incomprensi¨®n y el cerrilismo de una afici¨®n flamenca casi siempre hostil. Pero, como ocurre tambi¨¦n con todos los artistas cuyo mensaje tiene un valor aut¨¦ntico, su verdad ha acabado abri¨¦ndose camino en los ¨¢mbitos m¨¢s amplios del mundo del arte.
Nacido en Granada hace 52 a?os, Enrique Morente se establ¨¦ci¨® muy joven en Madrid, con el decidido prop¨®sito de ser alguien en el cante. Y ¨¦l cre¨ªa, y cree, que desde los tiempos de Chac¨®n a hoy mismo hay que pasar por Madrid porque lo que mayor transcendencia popular tiene en el flamenco se cuece aqu¨ª.
Comenz¨® como todos, oyendo a los viejos maestros, y aprendi¨® a la perfecci¨®n el cante ortodoxo que les oy¨® a ellos. Con el paso del tiempo, lleg¨® a la conclusi¨®n de que no pod¨ªa seguir haciendo el flamenco que hab¨ªan hecho todos los anteriores a ¨¦l, porque si no este arte ser¨ªa pura arqueolog¨ªa y ¨¦l lo sent¨ªa vivo. Y ah¨ª comenz¨® su guerra privada por un cante nuevo que en la actualidad est¨¢ haciendo historia.
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