El Gobierno ultima la desmilitarizaci¨®n del servicio secreto Cesid

El Gobierno aprobar¨¢ en breve el R¨¦gimen del Personal del Centro Superior de Informaci¨®n de la Defensa (Cesid), la norma que regir¨¢ en adelante el funcionamiento interno del principal servicio secreto espa?ol, seg¨²n han confirmado fuentes del Ministerio de Defensa. Cuando esta norma entre en vigor, los militares que se integren en el Cesid deber¨¢n abandonar definitivamente las Fuerzas Armadas y renunciar a la carrera castrense.

Actualmente, casi la mitad de los 2.000 agentes con que cuenta el servicio secreto y la pr¨¢ctica totalidad de su equipo directivo son militares. Para ellos, la permanencia en el centro es un destino m¨¢s, que pueden abandonar en cualquier momento para regresar a las Fuerzas Armadas. Conservan sus empleos militares y siguen la carrera castrense. Ascienden con sus compa?eros de promoci¨®n y cobran con arreglo a su rango, ya se trate de suboficiales o de generales. Forman parte de las plantillas de las Fuerzas Armadas y su nombre figura en las escalillas militares, aunque para disimular su verdadero trabajo aparecen destinados en la Secretar¨ªa de Estado de Administraci¨®n Militar, antigua Subsecretar¨ªa de Defensa.Esta situaci¨®n cambiar¨¢ radicalmente con la entrada en vigor del R¨¦gimen del Personal del Cesid, que actualmente ultiman el Ministerio de Defensa y el propio centro de inteligencia. En el futuro, los militares que accedan al servicio secreto pasar¨¢n un periodo de prueba, transcurrido el cual podr¨¢n elegir entre volver al Ej¨¦rcito o vincularse definitivamente al Cesid. Si toman esta ¨²ltima opci¨®n, y el servicio- secreto los acepta, tendr¨¢n que darse de baja en las Fuerzas Armadas y perder¨¢n su condici¨®n militar.

En consecuencia, ya no ser¨¢n tenientes o capitanes sino miembros del Cesid en igualdad de condiciones con los dem¨¢s, independientemente de su procedencia, y su carrera no ser¨¢ la militar sino la de agente secreto. Lo mismo suceder¨¢ a los guardias civiles y a los miembros del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa, que suponen un 30% del personal del centro.

La desvinculaci¨®n del Cesid de las Fuerzas Armadas beneficia a ambos colectivos. Al Ej¨¦rcito porque, tras la dr¨¢stica reducci¨®n de cuadros de mando de los ¨²ltimos a?os, libera numerosas vacantes que, al estar ocupadas por personal destinado fuera de las Fuerzas Armadas, bloquean el ascenso de quienes siguen en ellas. Al Cesid tambi¨¦n, pues los militares all¨ª destinados tienen crecientes dificultades en su carrera, al no poder cumplir muchos requisitos, ligados a puestos operativos y mando de unidades, que exige la normativa castrense.

Pero, sobre todo, la reforma persigue homogeneizar el colectivo de agentes secretos, acabando con la paradoja de que personas que cumplen la misma funci¨®n cobren cantidades distintas seg¨²n su empleo militar, con el consiguiente agravio comparativo. Otro problema lo plantea el hecho de que s¨®lo los militares, la mitad de la plantilla, est¨¦ sujeto al r¨¦gimen disciplinario castrense y a las leyes penales militares, lo que no ocurre con polic¨ªas y civiles.

Incompatibilidades

En adelante, todo el personal del Cesid, al margen de su procedencia, cobrar¨¢ con arreglo al puesto que ocupe y estar¨¢ sujeto a un r¨¦gimen com¨²n de derechos y deberes, con su vertiente disciplinaria. El nuevo r¨¦gimen legalizar¨¢ tambi¨¦n la contrataci¨®n de personal eventual y la posibilidad de acceder a un puesto de trabajo fijo en el Cesid, sin necesidad de ser previamente funcionario o militar.

El proyecto del Gobierno incluye tambi¨¦n un r¨¦gimen de incompatibilidades espec¨ªfico para los agentes del centro, seg¨²n el cual no podr¨¢n trabajar en empresas privadas de investigaci¨®n o seguridad, como agencias de detectives, tras su dejar el Cesid. Esta incompatibilidad a posteriori es consecuencia del descubrimiento de una red de espionaje en torno al diario La Vanguardia, de la que formaban parte ex miembros o ex colaboradores del servicio secreto, como el coronel Fernando Rodr¨ªguez Gonz¨¢lez, el guardia civil Manuel Mar¨ªa S¨¢nchez y Mikel Legarza, antiguo infiltrado en ETA.

En medios pr¨®ximos al Cesid se considera, sin embargo, que la aplicaci¨®n de un r¨¦gimen espec¨ªfico de incompatibilidades, que dificulta la reinserci¨®n laboral de los agentes, deber¨ªa ser compensada, so pena de resultar discriminatoria respecto a los miembros de otros servicios de informaci¨®n, como los de la Polic¨ªa o la Guardia Civil.

El estatuto del personal del Cesid est¨¢ pendiente desde enero de 1990, cuando entr¨® en vigor la ley del R¨¦gimen del Personal Militar Profesional, en cuya disposici¨®n adicional octava se contempla su aprobaci¨®n. Se trata de una de las pocas previsiones de dicha ley que no se ha desarrollado a¨²n.

El reglamento ser¨¢, en cierto modo, la herencia del director general del centro desde 1981, Emilio Alonso Manglano, de 68 a?os, cuyo relevo se producir¨¢, a m¨¢s tardar, tras las pr¨®ximas elecciones generales. Tras su aprobaci¨®n, Manglano tendr¨¢ m¨¢s raz¨®n cuando se queja de que se califique al Cesid de servicio secreto militar.