El gran sacerdote de la belleza
La religi¨®n de Jobim era la religi¨®n de la sensualidad, de la belleza, de la elegancia, del saber decir. Antonio Carlos Brasileiro de Almeida Jobim hab¨ªa nacido en el barrio de clase acomodada de Tijuca el 25 de enero de 1927; su familia se traslad¨® enseguida a Ipanema y all¨ª se aprovech¨® de un piano comprado para su hermana y de las lecciones de Hans Joachim Koellreuter.M¨¢s tarde lleg¨® el descubrimiento de Heitor Villa-Lobos, el compositor que fundi¨® el barroco con las formas folcl¨®ricas brasile?as. Como tantos m¨²sicos, se sinti¨® atra¨ªdo por la arquitectura, pero se decepcion¨® con la pr¨¢ctica de esa profesi¨®n y empez¨® a tocar la guitarra y el piano por los clubes nocturnos de R¨ªo, all¨¢ por 1950. Ya estaba casado y la precariedad econ¨®mica le llev¨® a aceptar diversos empleos en compa?¨ªas discogr¨¢ficas.
En 1956, el poeta y diplom¨¢tico Vinicius de Moraes contact¨® con ¨¦l para colaborar en las canciones de una pieza teatral titulada Orfeu da Concei?ao, que poco despu¨¦s se filmar¨ªa como Orfeo negro. S¨®lo faltaba un int¨¦rprete capaz de proyectar lo que era una evoluci¨®n intimista y firica de la samba, redondeaba por las influencias del cool jazz.
En un disco de 1958 se reunieron las composiciones de Tom y Vinicius, los arreglos de Jobini y la guitarra de Jo?o G¨ªlberto. Pero fue Chega de saudade, el disco de Gilberto de 1959, el que abri¨® las puertas. Gilberto hab¨ªa logrado una fe liz combinaci¨®n de ritmo y melodia que encajaba prodigiosamente con su voz, susurrante y cristalina. Un t¨¦cnico del estudio se quej¨® de que Jobim no hab¨ªa tra¨ªdo un cantante sino un ventr¨ªlocuo, pero el efecto era hipnotizante: toneladas de musicalidad y filosof¨ªa vital.
Las grabaciones de Gilberto y Orfeo negro lanzaron la bossa nova intemacionalmente. Una ola que acarici¨® al mundo con temas firmados por Jobim y De Moraes y con las composiciones de Jobim en solitario. Hasta la irrupci¨®n del reggae, fue el estilo tropical dominante en el planeta, gracias a, la fascinaci¨®n que ejerci¨® sobre jazz-men como Charlie Byrd, Stan Getz, Herbie Mann o Paul Winter. A continuaci¨®n entra ron los vocalistas, desde Ella Fitzgerald a Sarah Vaughan.
En Brasil, el golpe militar de 1964 desintegr¨® el n¨²cleo de creadores de la bossa nova, que se escindi¨® entre los m¨¢s politizados y los sensualistas. Jobim era demasiado grande para ser aceptado por la represi¨®n y sigui¨® actuando por todo el mundo, enriqueciendo una obra ya oce¨¢nica. En sus canciones de los a?os setenta y ochenta, tan refinadas y sublimes como siempre, se apreciaba un amor militante por la naturaleza, un pasmo ante el misterio de la vida. ?l no pod¨ªa convertirse en un exiliado, pero nunca dej¨® de pellizcar la conciencia de un pa¨ªs donde, como ¨¦l afirmaba, est¨¢ "el peor racismo del mundo, un racismo suave y no articulado que se esconde debajo de la mesa, un racismo socioecon¨®mico".
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