Tres a?os de continuos fracasos de las Naciones Unidas
Las dos opciones que barajan ¨²ltimamente los l¨ªderes de la "comunidad internacional" en relaci¨®n a la guerra en la antigua Yugoslavia no son nuevas ni constituyen ninguna soluci¨®n para poner fin al conflicto. La retirada de las fuerzas de la ONU desplegadas en la ex Yugoslavia o una confederaci¨®n entre los serbios de Bosnia y los de la rep¨²blica de Serbia s¨®lo servir¨ªan para empeorar la situaci¨®n.El repliegue de los cascos azules pondr¨ªa en peligro la ayuda humanitaria de la que dependen miles de personas. Las fuerzas militares serbias tendr¨ªan carta blanca para aislar de nuevo y por completo Sarajevo: el corte total de carreteras y de los suministros de electricidad, gas y agua s¨®lo ser¨ªa una cuesti¨®n de d¨ªas. De propina, las fuerzas sitiadoras podr¨ªan bombardear a su antojo la ciudad porque nadie lo impedir¨ªa. La peor parte la llevar¨ªa la poblaci¨®n musulmana de los enclaves de Bosnia oriental, junto a la frontera con Serbia. Las fuerzas serbias aprovechar¨ªan para tomar por asalto Srebrenica, Zepa y Gorazde.
Sin las fuerzas de la ONU y sin amenaza de intervenci¨®n occidental, los serbios mantendr¨ªan sin riesgos el corredor de Posavina, al norte, que conecta los territorios bajo control serbio en el este y el oeste de Bosnia, en sus cuatro kil¨®metros de anchura de hoy en d¨ªa y no estrecharlo a 2,4 kil¨®metros como sugiere el plan de paz del grupo de contacto (Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido y EE UU) rechazado por Radovan Karadzic. En Bosnia central, los serbios estar¨ªan dispuestos a retirarse de algunos puntos que ya est¨¢n previstos en los mapas del referido plan. S¨®lo aqu¨ª mantendr¨ªan los musulmanes una porci¨®n significativa de territorio.
En Bihac, el ej¨¦rcito leal a Sarajevo quedar¨ªa desarticulado. Los serbios abrir¨ªan la puerta a las fuerzas t¨ªteres del l¨ªder musulm¨¢n rebelde Fikret Abdic, que mantendr¨ªa su posici¨®n en tanto en cuanto fuera ¨²til a los intereses serbios.
George Kenney, funcionario del Departamento norteamericano de Estado que dimiti¨® en agosto de 1992 en desacuerdo con la pol¨ªtica de la Administraci¨®n Bush en la antigua Yugoslavia, vaticina una rendici¨®n de la Armija bosnia en seis meses y la ocupaci¨®n de nuevos territorios por parte de las fuerzas serbias si finalmente se produce la retirada de los cascos azules. "Bosnia desaparecer¨ªa, repartida entre Serbia y Croacia", dice Kenney.
El repliegue de las fuerzas de las Naciones Unidas significar¨ªa uno de los mayores fracasos de la ONU, pero dejar¨ªa las cosas m¨¢s claras de lo que han estado en casi tres a?os de guerra. En realidad, los fracasos ya hace tiempo que vienen produci¨¦ndose. Por ejemplo, las llamadas zonas de seguridad -invento de la ONU y no de los bosnios- Todo el mundo puede contemplar lo seguras que son zonas como Bihac, Sarajevo o Tuzla, bajo permanente ataque; o Gorazde, Zepa y Srebrenica, que no son otra cosa que guetos musulmanes a merced de las fuerzas serbias, que deciden a su antojo cu¨¢ndo y c¨®mo puede pasar la ayuda humanitaria internacional. La ONU y la OTAN han sido incapaces de proteger sus zonas de seguridad.
El levantamiento del embargo de armas al Gobierno bosnio o la intervenci¨®n de la aviaci¨®n de la OTAN han sido frenados con el pretexto de que pod¨ªan poner en peligro la seguridad de los cascos azules sobre el terreno, entre los que, por cierto, no hay soldados de EE UU. ?Y la poblaci¨®n civil, que en teor¨ªa tendr¨ªa que estar protegida por dichas fuerzas?
La zona de exclusi¨®n para la artiller¨ªa pesada en un radio de 20 kil¨®metros alrededor de Sarajevo es una. macabra farsa, cuando estas mismas armas prohibidas han disparado hasta contra el hotel Holiday Inn, que alberga la embajada de Estados Unidos.
La poblaci¨®n civil pagar¨¢, una vez m¨¢s, el precio m¨¢s alto de la decisi¨®n de retirar a los cascos azules. Continuar¨¢ la limpieza ¨¦tnica o, lo que es peor, se completar¨¢. Un musulm¨¢n de Gorazde o de Zepa o de Bihac, un serbio de Doboj o un croata de Bosnia oriental tendr¨¢n, todos, ellos, que irse de su tierra y abandonar todas sus pertenencias porque desde los despachos en Ginebra los llamados mediadores internacionales y los se?ores de la guerra habr¨¢n acordado repartir un pa¨ªs, intercambiar territorios, trazar unas nuevas fronteras y decidir sobre la vida de miles de seres humanos, que de ciudadanos normales pasar¨¢n a ser refugiados o desplazados.
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